lunes, 9 de enero de 2012

VÍA CRUCIS VELAZQUIANO

Por el mes era de marzo,
cuando hace la calor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
tres meninas muy jocosas
y un Velázquez soñador
te prometieron gozosos
y sin nada de pudor:

"Por la ruta de la plata
llegarás al siglo de Oro
y Veláz quez maravillas
te muestran aquí en Sevilla
tus meninas sin decoro"


¿Recuerdas, niña fermosa
cómo se desarrolló la cosa?


Pero aquello se atrasó
por culpa de la calina
y por ver si esto se anima
tomo a una santa abulense
prestada su bella rima:


Nada te turbe;
nada te espante;
todo se pasa;
Dios no se muda,
la paciencia
todo lo alcanza.


Pues bien, María Norte, con tu paciencia ha llegado la recompensa y vamos a cumplir nuestra promesa para obtener tu indulgencia.


Pero esta vez, no vamos a dar pinceladas sin ton ni son, ya que dimos por terminado el cuadro. Estamos místicas las meninas este año, qué le vamos a hacer. Y alentadas por las palabras de San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, o fray Luis de León, contemporáneos de nuestro pintor, hemos encauzado la ruta como un VIA CRUCIS, que por si no lo sabes, pecadora, es el «camino de la cruz», las diferentes etapas o momentos vividos por Jesucristo desde el momento en que fue aprehendido hasta su crucifixión y sepultura.

No creas que vamos a hacerte sufrir, ¡no devuelvas tu billete de avión todavía!, la expresión también se usa para definir las dificultades que se presentan en la vida cuando se quieren alcanzar ciertos objetivos. Y nuestro objetivo será conocer el itinerario o "estaciones" que siguió Diego Velázquez en esta nuestra Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica, Invicta y Mariana Ciudad de Sevilla hasta que se marchó a Madrid como pintor de la corte.

Todo via crucis que se precie se representa con catorce imágenes de la Pasión, o "Estaciones", correspondientes a incidentes particulares que, según la tradición cristiana, Jesús sufrió por nuestra salvación, basados en los relatos evangélicos. Y catorce serán también las estaciones que nosotras recorreremos, tras los pasos del maestro, en nuestro VÍA CRUCIS VELAZQUIANO.


¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruïdo
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
(Fray Luis de León)

¡Se acabó el descanso, María Norte!

Cada día te pondremos una estación, hasta que podamos recorrerlos en vivo y en directo en tu compañía, para obtener la indulgencia. No tendrás que contestar ninguna pregunta, simplemente queremos que conozcas de antemano el itinerario que seguiremos.
Prepara tu "hatillo" con unos zapatos cómodos.

Y hasta que llegue el día:

Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero
que muero porque no muero.

2 comentarios:

Maria-Norte dijo...

Que alegría empezar hoy con este regalo, es perfecto, ademas esta vez, voy con tiempo suficiente, me quedaré hasta el sabado al mediodía, así que podemos hacer 14 ó 24 estaciones, las que sea menester.
Mi humilde indulgencia la teneís desde hace mucho tiempo.

"Y si me gozo, Señor,
con esperanza de verte,
en ver que puedo perderte,
se me dobla mi dolor,
viviendo en tanto pavor,
y esperando, como espero,
me muero, porque no muero".

Maria-Norte dijo...

LEÓN FELIPE
(1884-1968)

EL CRISTO DE VELÁZQUEZ

"Me gusta el Cristo de Velázquez.
La melena sobre la cara...
y un resquicio en la melena
por donde entra la imaginación.
Algo se ve.
¿Cómo era aquel rostro?
Mira bien,
compónlo tú.
¿A quién se parece?
¿A quién te recuerda?
La Luz entra
por los cabellos manchados de sangre
y te ofrecen un espejo.
¡Mira bien!... ¿No ves cómo llora?
¿No eres tú?... ¿No eres tú mismo?
¡Es el hombre!
El hombre hecho Dios.
¡Qué consuelo!
No me entendéis...
¿Por qué estoy alegre?
No sé...,
tal vez porque me gusta más así:
el hombre hecho Dios,
que el Dios hecho hombre".