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miércoles, 23 de abril de 2014

BUENOS DÍAS, BLOG

Querido blog: buenos días.

Para que no tengas que salir de casa y resfriarte en estos días primaverales de mañanas frescas y noches húmedas y, por si a mediodía, cuando el calor más aprieta, se te ocurre que no hay nada mejor que echar la siesta, te acerco a tu puerta dos regalos para que los disfrutes: El discurso de Elena Poniatowska esta mañana en la entrega del premio Cervantes, y un recopilatorio sobre García Márquez que, cómo bien sabes, se nos ha ido.

Decía de la muerte: “lo malo de la muerte es que es para siempre”.
Imagino que hablaba de la muerte física, esa muerte que te hace estar y, de pronto, dejar de estar. Porque la otra, la del recuerdo y la nostalgia en su caso, es fantasía.


Aunque no las veas, querido blog, dejo también, apoyadas en el umbral dos flores: una para cada una de nuestras Marías, la del Norte y la del Sur, para que sientan que están, que estamos, que estaremos. 


martes, 9 de abril de 2013

GRACIAS, JOSÉ LUIS SAMPEDRO



Es más fuerte, si es vieja
la verde encina;
más bello el sol parece
cuando declina;
y esto se infiere
porque ama uno la vida
cuando se muere.
                  Rosalía de Castro

Otro grande de la cultura que se nos va. Un poco más huérfanos que nos quedamos. A pesar de sus libros, sus verdades incansablemente repetidas. Gracias, José Luis Sampedro. 



jueves, 21 de marzo de 2013

PARA TI, DERQUI



Hoy es el Día Mundial de la Poesía, ayer fue el Día Mundial de la Felicidad… Dicen que llegó la primavera y, antes de que nos demos cuenta y, esperemos no se nos pase mientras ella espera nuestra llamada, será el Día de la Madre.

Días, días, días, que no deberían ser fechas puntuales, sino benditas enfermedades crónicas para disfrutar, vivir, amar… Ese “ama, ama mientras puedas” de Liszt que nos recibía a la entrada del libro de este mes.

... María, un abrazo fuerte a tu madre de la que supe anoche en la cena.
A ti, un regalo en el día de hoy, uno de mis poemas favoritos: “If” de Kipling envuelto en un abrazo enorme invadido de buenos deseos, los mejores.


Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor
todos la pierden y te echan la culpa;
si puedes confiar en ti mismo cuando los demás dudan de ti,
pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda;
si puedes esperar y no cansarte de la espera,
o siendo engañado por los que te rodean, no pagar con mentiras,
o siendo odiado no dar cabida al odio,
y no obstante no parecer demasiado bueno, ni hablar con demasiada sabiduría...

Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen;
si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso
y tratar a estos dos impostores de la misma manera;
si puedes soportar el escuchar la verdad que has dicho:
tergiversada por bribones para hacer una trampa para los necios,
o contemplar destrozadas las cosas a las que habías dedicado tu vida
y agacharte y reconstruirlas con las herramientas desgastadas...

Si puedes hacer un hato con todos tus triunfos
y arriesgarlo todo de una vez a una sola carta,
y perder, y comenzar de nuevo por el principio
y no dejar de escapar nunca una palabra sobre tu pérdida;
y si puedes obligar a tu corazón, a tus nervios y a tus músculos
a servirte en tu camino mucho después de que hayan perdido su fuerza,
excepto La Voluntad que les dice "!Continuad!".

Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud
o caminar entre Reyes y no cambiar tu manera de ser;
si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte,
si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado;
si puedes emplear el inexorable minuto
recorriendo una distancia que valga los sesenta segundos
tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y lo que es más, serás un hombre, hijo mío.

lunes, 9 de julio de 2012

Deshojando nuestra Margarita

Nuestra Margarita no es ninguna de la docena de especies que alegran los ojos de cienes y cienes de macetas del mundo mundial, jarrones hambrientos de color ni jardines enemigos del ocio.

Tampoco se trata de una pizza, ni de una isla venezolana. Nooo.

Nuestra Margarita no responde al nombre de ninguna ciudad de Argentina, Italia o Colombia y, sí mire usted por dónde, más de un día y de dos, no le importaría ser un coctel. ¡Qué le vamos a hacer! La perfección no deja de ser  un pasatiempo triste y aburrido, y el susodicho brebaje aleja la sed y acerca burbujillas; aunque, puestos a elegir, nuestra Margarita es más aficionada a los gin-tonic adornados de eneldo que Dios proteja por los siglos de los siglos.

Y no vayan a pensar que es un asteroide. Noooooooooooo. Nuestra Margarita es taaaaan cercana que jamás de los jamases podría ser un ¿aste qué?

Oriunda del norte, no florece desde la primavera hasta el otoño porque nuestra Margarita, simple y llanamente, está siempre en flor. Aunque puede vivir en áreas de sombra, necesita mucha agua y la luz del sol, motivo por el cual la chiquilla emigró de-la-tierra-de-los-paños-de-Frechilla-y-los-pardos-de-Asturdillo-elaborados-con-la-misma-lana-al-natural-que-las-archimegaconocidas-mantas-que-ya-no-se-fabrican-allí-sino-en-la-Maragatería-leonesa-válgame-Dios-lo-que-cambian-los-tiempos-quien-te-ha-visto-y-quién-te-ve-Palencia-de-mis-nostalgias al sur del sur para regusto nuestro.

Nuestra Margarita está a aaaaaaaños luz  de ser una margarita común aunque a veces haga chirivitas. Y es que, nuestra Margarita es una especie única, perenne, de tallo alto, pétalos alargados y blancos en torno a un botón que va del pálido al sonrosado dependiendo del calibre del kit que la acompañe en este valle de lágrimas que ella alivia con el susodicho embalage.

Si la queremos mantener bellis perennis, se recomienda invitarla a un crucero por el Mediterráneo, isla arriba isla abajo, de donde volverá alegre y dicharachera, tersa y lozana como una margarita en flor.

Desde la medicina natural, se le atribuyen propiedades digestivas que la llevan a eliminar parásitos intestinales camuflados de personajes de novela, permite depurar el hígado y el riñón compartiendo el susodicho kit que celosamente traslada consigo, y es diurética y laxante con su sola presencia a más no poder.


Calma sin necesidad de ponerla en infusión, y no precisa edulcorarla para saborearla en profundidad; asimismo, aliñada con un buen libro, diente de león e hinojo, se convierte en una ensalada-compañía humana inmejorable, crujiente, fresca y sabrosa.


Y un sí rotundo, nuestra Margarita posee un carácter poético-práctico que la lleva a crear una miscelánea de Ikea y art decó con hambre de restauración y en un pis pas a nada que haya una herencia jerezana de por medio.


¿Simboliza nuestra Margarita  la pureza, al igual que esas florecillas que viven en el campo, en macetas, jardines, floristerías y demás entornos? Pues ni puñetera idea. Esperemos encarecidamente que no. Alegremosnos de su bondad.

Me quiere, no me quiere. Me quiere, no me quiere… Me… Perdonen: ¿había dicho ya que es muy generosa? Pues eso.


P.D.
Si bien se recomienda regar nuestra Margarita después de sembrarla en tu vida, conviene no excederse para no anegarla, líbrennos los dioses del firmamento de tal desastre, amén.

sábado, 30 de junio de 2012

¡¡¡Feliz cumpleaños!!!




En el día de tu cumple, me felicito por haberte encontrado y exprimir contigo colores y sensaciones.
Tuneando la frase de Dickinson del abanico:”Para Vivir, no hay mejor compañera de viaje que tú”.

  ¡Felicidades, Cris!
 .
.
.
¡Y más....
...muchas más ! 
.
.

miércoles, 16 de mayo de 2012

OTRO GRANDE QUE SE VA

     Carlos Fuentes escribió sobre la muerte: “La muerte espera al más valiente, al más rico, al más bello. Pero los iguala al más cobarde, al más pobre, al más feo, no en el simple hecho de morir, ni siquiera en la conciencia de la muerte, sino en la ignorancia de la muerte. Sabemos que un día vendrá, pero nunca sabemos lo que es”.
    Carlos Fuentes ha muerto. 
    Hace apenas unos días, en la Feria del Libro de Buenos Aires, dijo:


                                               Hasta siempre. 

miércoles, 2 de mayo de 2012

¡FELICIDADES, FERNANDO SANSEGUNDO!


Fernando Sansegundo:
 ¡Felicidades! ¡Felicidades! ¡Felicidades!
 Felicidades por esos cinco premios que se ha llevado tu Avería en los premios Max de Teatro.
“Escribo conociendo lo absurdo de este mundo pero sin desesperar”, afirmaba Friederich Dürrenmatt.
¿Recibiendo premios justos uno desespera aún menos?... O no.
Un beso grande desde este blog cuyas integrantes te invitan siempre a volver.  



miércoles, 1 de febrero de 2012

ELEGÍA

Desde este nuestro rincón quiero darle un fuerte y cariñoso abrazo a Pilar y Antonio, que han visto como la muerte le ha arrancado demasiado pronto en un ser querido. Y como en estos momentos tan duros otros sobran las palabras, y no se puede definir ese vacío infinito de ausencias que aparece ante nuestros ojos, le dejo la Elegía a Ramón Sijé, de Miguel Hernández, que describió mejor que nadie la impotencia y el dolor ante la muerte de un amigo.

ELEGÍA A RAMÓN SIJÉ


(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
a quien tanto quería)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las ladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

domingo, 19 de junio de 2011

SE NOS PASÓ LA CELEBRACIÓN DEL DÍA E...









PARA CELEBRARLO CON RETRASO, ENTRA AQUÍ

sábado, 28 de mayo de 2011

LEONORA CARRINGTON

Pasando las páginas del periódico me he encontrado con la triste noticia de que ha muerto Leonora Carrington en el México que tanto amó. Hace unos meses ese nombre no me decía nada, porque la he descubierto hace unas semanas -y la he disfrutado muchísimo- a través de las palabras que sobre ella escribió Elena Poniatowska en su libro LEONORA. Ahora más que nunca os recomiendo su lectura, para vuestro disfrute y como homenaje a esta mujer que nunca dejó de soñar y que se luchó con sus pinceles contra la aburrida vida que tenían reservada para ella en la alta sociedad británica.


Seguro que no os defraudará conocer a esta pintora surrealista, amante de Max Ernst, mujer valiente, luchadora y rebelde durante los 94 intensos años de vida que ahora se ha terminado. Eso sumado a la amena escritura de Elena, otra mujer vitalista y apasionada.


Con motivo de la muerte de Leonora, Elena ha escrito un artículo precioso, que podéis leer AQUÍ, y del que extraigo esta frase:
Pretendí rendirle con Leonora un homenaje, un tributo amoroso. Leonora nunca sacrificó su ser verdadero a lo que la sociedad convencional esperaba de ella, nunca aceptó el molde en el que nos cuelan a todos, nunca dejó de ser ella, escogió vivir en un estado creativo que hoy nos exalta y nos llena de admiración, defendió su talento desde la madrugada hasta el anochecer, primero contra su padre y después contra una clase social que pretendía imponerle leyes estrictas, las mismas que han impedido el florecimiento y la creatividad de hombres y mujeres de talento que finalmente se rinden y regresan al conformismo. Leonora Carrington nunca cedió, jamás le importaron las apariencias, nunca guardó la fachada, vivió para pintar y para sus hijos -Gaby, filósofo y poeta, Pablo, pintor y médico con quienes tuvo una relación entrañable, la más cercana que pueda darse entre una madre y sus hijos-. El único fin de su vida fue defender su vocación de pintora y escribir textos que nadie más que ella podría escribir, como el relato de su encierro en el manicomio en Santander, que escribió primero en francés y tituló En basDown below, Memorias de abajo.
Como aperitivo, os dejo unas pinceladas sobre su vida:



Leonora nace el 6 de abril de 1917 en el pueblo de Chorley, en Lancashire, Inglaterra. En el año 1936 ingresa en la academia Ozenfant de arte, en Londres. Al año siguiente conoce a quien la introdujo indirectamente en el movimiento surrealista: el pintor alemán Max Ernst, a quien vuelve a encontrar en un viaje a París y con quien no tarda en establecer una relación sentimental. Durante su estancia en esa ciudad entra en contacto con el movimiento surrealista y convive con personajes notables del movimiento como Joan Miró y André Breton, así como con otros pintores que se reunían alrededor de la mesa del Café Les Deux Magots, como Pablo Picasso y Salvador Dalí.


En 1938 escribe una obra de cuentos titulada La casa del miedo y participa junto con Max Ernst en la Exposición Internacional de Surrealismo en París y Ámsterdam.


Previamente a la ocupación nazi de Francia, varios de los pintores del movimiento surrealista, incluida Leonora Carrington, se vuelven colaboradores activos del Kunstler Bund, movimiento subterráneo de intelectuales antifascistas.


Tenía solo 20 años cuando conoció a Max Ernst en Londres. Entonces el pintor ya contaba con 47 años y con bastante fama como surrealista. La gran diferencia de edad, el hecho de que Ernst además estaba casado, así como sus posiciones surrealistas radicales hacían que esta relación no contara con la anuencia del padre de Leonora. A pesar de ello, la pareja se reencontró en París y pronto se fueron a vivir a la provincia, al poblado de Saint-Martin-d'Ardèche, en una casa de campo que adquirieron en 1938. Hasta hoy se conserva en la fachada de esta casa un relieve que representa a la pareja y su juego de roles: «Loplop», el alter ego de Max Ernst, un animal alado fabuloso entre pájaro y estrella de mar y su «Desposada del Viento»: Leonora Carrington.


La vida tranquila y feliz de la pareja en este sitio duró solo un año. En septiembre de 1939 Max Ernst fue declarado enemigo del regimen de Vichy. Tras su detención y prisión en el campo de Les Milles, Leonora sufre una desestabilización psíquica. Ante la inexorable invasión nazi, se ve además obligada a huir a España. Por gestión de su padre es internada allí hospital psiquiátrico de Santander. De este período la pintora guardará una marca indeleble, que afectará de manera decisiva su obra posterior. Leonora describe en su obra autobiográfica (En bas) los pormenores de esta dramática historia.


En 1941 escapa del hospital y arriba a la ciudad de Lisboa, donde encuentra refugio en la embajada de México. Allí conoce al escritor Renato Leduc, quien terminará ayudándola a emigrar. Ese mismo año contraen matrimonio y Leonora viaja a Nueva York. En 1942 emigra a México y en 1943 se divorcia de Renato Leduc. En México, la pintora restablece sus lazos con varios de sus colegas y amigos surrealistas en el exilio, quienes también se encuentran en ese país, tales como André Breton, Benjamin Péret, Alice Rahon, Wolfgang Paalen y la pintora Remedios Varo, con quien mantendrá una amistad particularmente duradera.


Poco después se casó con Chiki, Emerico Imre Weisz, fotógrafo, padre de sus dos hijos Gaby y Pablo. Chiki estuvo como corresponsal de la guerra civil de España, y salvó la maleta de negativos de Robert Capa que hace más de un año apareció en México y que ahora es motivo de una película y un documental (¡Ayyyy! ¡otro digno candidato a socio del club de la memoria!).

Fue ganadora del Premio Nacional de Bellas Artes, otorgado por el gobierno de México en el 2005.


Falleció a los 94 años en la Ciudad de México el 25 de mayo del 2011



sábado, 8 de enero de 2011

6 años sin él

Ya han pasado seis años. Como un soplo.

Hoy Marta, mi hermana, ha colgado de su facebook este hermoso vídeo como recuerdo a una ausencia muy presente en nuestras vidas, y lo ha acompañado de este poema de Federico García Lorca, su paisano.

Yo se lo he robado, para colocarlo en nuestro rincón, tenerlo más a mano y para que veáis esos hermosos ojos de mi padre, a los que tanto añoro desde un día como hoy, hace ya seis años, que se cerraron para siempre.

Mi corazón oprimido
Siente junto a la alborada
El dolor de sus amores
Y el sueño de las distancias.
La luz de la aurora lleva
Semilleros de nostalgias
Y la tristeza sin ojos
De la médula del alma.
La gran tumba de la noche
Su negro velo levanta
Para ocultar con el día
La inmensa cumbre estrellada.

¡Qué haré yo sobre estos campos
Cogiendo nidos y ramas
Rodeado de la aurora
Y llena de noche el alma!
¡Qué haré si tienes tus ojos
Muertos a las luces claras
Y no ha de sentir mi carne
El calor de tus miradas!
¿Por qué te perdí por siempre
En aquella tarde clara?
Hoy mi pecho está reseco
Como una estrella apagada.

Federico García Lorca



domingo, 19 de diciembre de 2010

Blake Edwards for ever

Hay películas que nos unen indisolublemente a momentos que hemos vivido. Para nosotras, Desayuno con diamantes irá unida para siempre al notición de que llegaba Juan Carlos, y siempre asociaremos a la glamurosa Audrey Herpburn mirando el escaparate de Tiffannys, mientras nosotras mirábamos con manifiestaa incredulidad hacia una Julia Carlota que dormitaba en el sofá a nuestro lado. Juan Carlos, para nosotras sus hadas madrinas, tendrá como banda sonora Moonriver. Esa película, además, fue la que abrió la magnífica tradición de ver la versión cinematográfica del libro que luego comentamos en la cena. Cine y literatura unidas alrededor de un piscolabis. Muchas otras vinieron después, en un correcorre por las bibliotecas de Sevilla (con y sin tomtom), que han marcado noches inolvidables en vuestra compañía y una revisión de películas clásicas que tienen como base los libros que leemos.

Yo tampoco olvidaré la mesa camilla en la que junto a mis padres reíamos al ver los desatinos que iba cometiendo Peter Seller en la modernísima y tecnológica casa donde se celebraba EL GUATEQUE, y que me ha entrado unas ganas locas de ver de nuevo, mira por donde.

Pues el creador de esas maravillosas películas y de muchas más, Blake Edwards, ha muerto el día 15 de este mes a los 88 años.


William Blake Edwards (Tulsa, Oklahoma, 26 de julio de 1922 – Brentwood, California, 15 de diciembre de 2010) fue un director, guionista, productor y actor de cine estadounidense.

Desde siempre, lo que llenaba a Edwards era escribir. Sus inicios como guionista fueron casi producto del azar. Una de sus novias de juventud le mostró un guión que estaba escribiendo para un programa de radio y, cuando quiso darse cuenta, Edwards lo había rehecho por completo. El jefe de la muchacha quedó tan impresionado con el trabajo de Edwards que se convirtió en su agente y le consiguió trabajo para escribir con regularidad para la radio. Como guionista, Edwards pasó de la radio a la televisión, que le sirvió de plataforma para alcanzar su meta, al cine.

Antes de escribir guiones para cine, mientras escribía para radio y televisión empezó su acercamiento al cine de la forma que le era más fácil: como extra. En 1942, dio sus primeros pasos en el cine como actor, en la excelente película Diez héroes de West Point. Un drama bélico, dirigido por Henry Hathaway, en el que el argumento se traza en torno a un grupo de estudiantes de la academia militar West Point que han de acudir a sofocar una rebelión india. Además, en la trama se incluye un conflicto amoroso típico: dos hombres (John Sutton y Laird Cregar) enamorados de una misma mujer (la pelirroja Maureen O'Hara). La participación de Edwards en el film es bastante irrelevante, interpretaba un pequeño papel secundario y ni siquiera aparece mencionado en los créditos.

Su primer guión para el cine fue el del western de 1948 dirigido por Lesley Selander: Imperio del crimen, en el que fue coguionista junto con John Champion y fueron productores de la película.

Su primera película como director fue Venga tu sonrisa (1955). Es la primera película del equipo formado por Blake Edwards con Richard Quine. Ambos empezaron a colaborar en los inicios de sus respectivas carreras, cuando aún eran los dos novatos actores que aspiraban a algo más. Entre 1952 y 1958 firmaron conjuntamente siete guiones para la Columbia Pictures. Cinco de las películas las dirigiría Quine; las otras dos, Edwards. El último guión que escribieron conjuntamente ya no fue afrontado por la Columbia que cuatro años después cedió los derechos a la Universal Studios. Finalmente, en 1962, Quine dirigió La misteriosa dama de negro.

Su carrera abarca 50 años. Aunque, etiquetado para la historia como director de comedias, Edwards se ha paseado por todos los géneros y algunos de sus melodramas se han convertido en verdaderos clásicos.

Como director de cine, su última película fue: El hijo de la pantera rosa de 1993, con Roberto Benigni. En televisión fue una nueva adaptación para la televisión de Victor Victoria (1982) rodada en 1995. Después, dejó de dirigir aquejado de fatiga crónica; no obstante, siguió trabajando como guionista a pesar de su avanzada edad.

Edwards ha pasado a la historia del séptimo arte por Desayuno con diamantes (1961), la mejor interpretación de Audrey Hepburn que el público recuerda, adaptada de la novela de Truman Capote; Días de vino y rosas (1963), la comedia amarga más brillante y aclamada jamás rodada sobre el mundo del alcoholismo, con magistrales interpretaciones de Jack Lemmon, Lee Remick y Charles Bickford; y en menor medida tres taquillazos con cuatro comedias de calidad como la encantadora Operación Pacífico (1959), con Cary Grant en una de las mejores comedias de submarinos nunca estrenadas; El guateque (1968), compenetrándose a la perfección con un hierático Peter Sellers y logrando una comedia absurda y genial que roza la perfección y renueva profunda y definitivamente el género; la sensacional Victor Victoria, remedando el famoso film alemán de 1930 (de Reinhold Schunzel); y la inevitable La pantera rosa (1963) y todas sus secuelas.

Como productor en cine, su últimas películas fueron La maldición de la pantera rosa y Mis problemas con las mujeres de 1983. En televisión, posteriormente, aún trabajo como productor ejecutivo en tres series. La última fue Julie cuya protagonista era su mujer, Julie Andrews, con la que se casó en 1969.

El éxito comercial (recaudación) de La pantera rosa fue de tal magnitud que marcó la carrera del director. Al año siguiente se rodó una secuela. Después, Edwards fue grabando una nueva secuela cada vez que tenía falta de liquidez. Además su prestigio le ha permitido incluir su nombre en el propio título: por ejemplo, Blake Edwards' son of the pink Panther (El hijo de la pantera rosa).

Como director siempre se ha destacado que, por su experiencia previa como actor, dejaba mucho margen de acción a los actores. De hecho, esperaba a ubicar definitivamente las cámaras hasta después de los ensayos en el set de rodaje. Además, es fundamental la colaboración entre Blake Edwards y el compositor Henry Mancini, de cuyos frutos han salido muchas de las mejores bandas sonoras de la historia, siendo sólo un ejemplo, la célebre canción Moon River de Desayuno con diamantes. También fue importante en la carrera de Blake Edwards, el apoyo del productor Tony Adams, al que encontramos detrás de la financiación de muchas de sus películas.








lunes, 13 de diciembre de 2010

Otra Nana de la cebolla... para Enrique

Otra de las personas que cantó a Miguel Hernández magistralmente fue Enrique Morente, que hoy nos ha dejado huérfanos de su voz rota, aunque su voz y su magisterio permanecerán en nuestro recuerdo. El otro día vi de nuevo el cuadro que mi padre le pintó a las Nanas de la Cebolla, y hoy quiero escucharla en la voz de este otro granaíno.

Desperté de ser niño: nunca despiertes. Triste llevo la boca: ríete siempre. Siempre en la cuna defendiendo la risa pluma por pluma.





Este granaíno universal estará ya soñando con la Alhambra, igual que la soñó en un magnífico programa de televisión cuyo trailer quiero dejaros como homenaje, cantando un poema de la malagueña María Zambrano.


lunes, 6 de diciembre de 2010

LIBROS EN LA BASURA. ELVIRA LINDO

EL TEXTO ES DE ELVIRA LINDO: PUBLICADO EN "EL PAIS" DE AYER:


¿Quién se atreve a decir que sigue la moda o las modas? Casi nadie. Aceptarlo sería como afirmar que uno es un borrego. Y, sin embargo, somos borregos en menor o mayor medida. De la fashion victim a la chica que se compra una blusa mona hay un trecho, claro, como lo hay entre el tío al que no le falta detalle y el que, aun pareciendo que no se entera de nada, no se compra ya unos pantalones hasta la cintura que le marcan de manera indigna el célebre paquete. Basta mirar las fotos de hace veinte años para comprobar que, aunque no lo supiéramos, respondemos al alma de nuestra época.

Lo mismo ocurre con la literatura. A los escritores se nos quiere de la misma manera que se nos condena al olvido. Algo tienen que ver en eso los anhelos colectivos de los lectores que algunos escritores intuyen y las editoriales potencian. Hay lectores inocentes que te confiesan que les interesa la novela histórica, como si fuera una decisión personal, cuando la noticia en estos días es que a un lector no le interese la novela histór
ica. Los hay que detestan las modas populares pero profesan la religión de las tendencias minoritarias. Y, por supuesto, luego está la sorpresa. Ese quiebro inesperado que hace que las memorias de Mark Twain, por ejemplo, se hayan colocado en Estados Unidos en las listas de los más vendidos. Aunque Twain dejara escrito que sus memorias no podían ver la luz hasta cien años después de su muerte, hay mucho del libro que ya se conocía, pero, como escribía un crítico americano estos días, el escritor que tan apasionadamente representó el alma americana fue un genio en muchas facetas, la de orador, polemista, humorista, maestro en el habla popular de su querido Sur, pero también y en la misma medida, la de publicista de su propia obra. Cabe preguntarse si la última jugada magistral del señor Twain no fue crear este misterio en torno a sus memorias. No sería de extrañar que persona de mente tan activa hubiera preparado este golpe de efecto para su posteridad. La posteridad. Ese futuro que no nos pertenece, en el que algunos escritores piensan como si construyeran su propia estatua y otros, Twain, por ejemplo, anhelan para prolongar tras la muerte esa popularidad que le hizo feliz sin reservas. A mí me alegra que aquel defensor radical de los derechos de las mujeres, los pobres, los negros, los indios, los pueblos colonizados y los animales esté hoy en la mesa de novedades. De manera más personal, me hace feliz que el autor de dos maravillas como Huckleberry Finn o El diario de Adán y Eva siga hoy teniendo un lugar de honor en el corazón de tantos lectores. ¿Dónde quedaría mi Huckleberry Finn, aquel ejemplar de Bruguera que tantas veces leí? ¿Lo tiraría al llegar a la juventud sin pensar que algún día lo extrañaría?


El otro día, en la Feria del Libro de Guadalajara (México), tuve la fortuna de compar
tir mesa redonda con un hombre excepcional: José Alberto Gutiérrez, conductor de un camión de la basura en la ciudad de Bogotá. Los congregados a la mesa estábamos allí para compartir ideas sobre cómo contagiar el gusto por la lectura. Todos estábamos relacionados de una u otra manera con el oficio. Le llegó el turno a José Alberto y nos dejó mudos. Con palabras sencillas contó lo siguiente: un día, mientras hacía su recorrido habitual, vio que en el suelo alguien había dejado un ejemplar viejo de una novela de Tolstói. Se lo llevó a casa. Su señora, modista, se encargó de restaurarlo amorosamente, como quien zurce una prenda delicada. De pronto, a José Alberto se le pasó por la cabeza una idea disparatada que no dudó en poner en práctica: recogería todos los libros que encontrara a su paso. Sus colegas barrenderos le sirvieron de cómplices. Le gritaban, "¡José, libros!", y se los colocaban en el asiento de al lado. De esta manera, el camionero José ha recogido más de doce millones de volúmenes, volúmenes que han pasado por las manos primorosas de su señora para ser ordenados en la biblioteca en perfecto estado. En un primer momento, colocaron los libros en la planta de abajo de su casa. Allí empezaron a acudir mujeres y niños de ese barrio pobre en el que vive José. Más tarde, cuando ya los libros no cabían, el camionero consiguió tres locales más. A estas alturas tiene montadas tres bibliotecas. Nos enseñó fotos en las que se veía a las criaturas sentadas en sillas chicas escuchando un cuento. José nunca olvidó los cuentos que le leía su madre por la noche. Para él, contó, poner libros en las manos de niños es un trabajo preventivo contra un destino que parece estar ya escrito en la vida de los pobres. "Es la primera vez que tomo un vuelo", dijo, "la primera vez que cuento ante un público lo que hago y me siento muy agradecido". Entonces, arreció un aplauso que duró un buen rato. Los maestros y educadores que acudían a la charla se pusieron de pie. A algunos se les saltaban las lágrimas. Muchos trabajan en zonas dejadas de la mano de Dios. Todos nos sentimos conmovidos por este rescatador de libros, de posteridades. De Tolstói a ese Twain que tantas veces habrá acabado en la basura. Todos esos cuentos que se tiran cuando los niños crecen, porque ocupan espacio o llegan otras modas. Modas que creemos no seguir. Porque, ¿quién acepta su lado borrego?




domingo, 31 de octubre de 2010

LOS CUENTOS DE MIGUEL HERNÁNDEZ.


EL POTRO OBSCURO

Una vez había un potro obscuro. Su nombre era Potro Obscuro. Siempre se llevaba los niños y las niñas a la gran ciudad del Sueño. Se los llevaba todas las noches. Todos los niños y las niñas querían montar sobre el Potro-Obscuro.


Una noche encontró a un niño. El niño dijo:
Llévame, caballo pequeño, a la gran ciudad del sueño!
-¡Monta! -dijo el Potro-Obscuro. Montó el niño y fueron galopando, galopando, galopando. Pronto encontraron en el camino a una niña. La niña dijo: Llévame, caballo pequeño, a la gran ciudad del sueño.
-Monta a mi lado -dijo el niño.
Montó la niña y fueron galopando, galopando, galopando.

Pronto encontraron en el camino un perro blanco.
El perro blanco dijo:
-Guado, guado, guaguado! A la gran ciudad del sueño quiero ir montado!
-Monta! –dijeron los niños.
Montó el perro blanco y fueron galopando, galopando, galopando.
Pronto encontraron en el camino una gatita negra.
La gatita dijo:
Miaumido, miaumido, miaumido! A la gran ciudad del sueño quiero ir que ya ha obscurecido!
-Monta! –dijeron los niños y el perro blanco.
Montó la gatita negra, y fueron galopando, galopando, galopando.

Pronto encontraron en el camino una ardilla gris.
La ardilla gris dijo:
Llevenme ustedes, por favor, a la gran ciudad del sueño donde no hay pena ni dolor!
-Monta! –dijeron los niños, el perro blanco, y la gatita negra.
Montó la ardilla gris y fueron galopando, galopando, galopando.

Galopando y galopando, hicieron leguas y leguas de camino.
Todos eran muy felices. Todos cantaban, y cantaban y cantaban.

El niño dijo:
-Deprisa, deprisa, Potro-Obscuro! Ve más deprisa! –pero el Potro Obscuro no
podía ir deprisa. El potro obscuro iba despacio, despacio, despacio.

Había llegado a la gran ciudad del sueño.

Los niños, el perro blanco, la gatita negra y la ardilla gris estaban dormidos. Todos estaban dormidos al llegar el Potro obscuro a la Gran Ciudad del Sueño.

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miguelhernandez por jesucristoriquelme

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miguelhernandez_por josecarlosrovira

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sábado, 30 de octubre de 2010

EL RAYO QUE NO CESA...

Este rayo ni cesa ni se agota:
de mí mismo tomó su procedencia
y ejercita en mí mismo sus furores.

Esta obstinada piedra de mí brota
y sobre mí dirige la insistencia
de sus lluviosos rayos destructores.



Sí, porque gracias a Lola (otro rayo que no cesa de alumbrarnos) nos hemos enterado que Miguel Hernández hoy cumpliría 100 años, y es difícil que con partidarias tan fieles y apasionadas como ella su rayo cese. En su muro del facebook Lola ha dejado este enlace para que podamos escucharlo:

Miguel Hernández: el verso que no cesa , con guión de Javier Lostalé, hace un recorrido por la vida y la obra del poeta, guiados por los profesores universitarios Carmen Alemany, Francisco Javier Díez de Revenga y Jorge Urrutia. También se escucha, procedentes del Fondo Documental de RNE, al propio Miguel Hernández; su viuda, Josefina Manresa; compañeros de las cárceles franquistas, entre ellos Antonio Buero Vallejo, y el premio Nobel Vicente Aleixandre que fue uno de sus primeros amigos en Madrid. Además, tres estudiosos de la obra de Miguel Hernández ya desaparecidos, los poetas Concha Zardoya y Leopoldo de Luis y el dramaturgo Juan Guerrero Zamora, explican algunos aspectos de sus investigaciones. (23/10/10)

Como también (allí, en el facebook) nos ha propuesto que pongamos versos suyos, aprovecho para poner el poema 12 de "El rayo que no cesa", y que dice así:
Una querencia
tengo por tu acento
una apetencia por tu compañía
y una dolencia de melancolía
por la ausencia del aire de tu viento.

Paciencia necesita mi tormento,
urgencia de tu garza galanía,
tu clemencia solar mi helado día,
tu asistencia la herida en que lo cuento.

¡Ay querencia, dolencia y apetencia!:
tus sustanciales besos, mi sustento,
me faltan y me muero sobre mayo.

Quiero que vengas, flor, desde tu ausencia.
a serenar la sien del pensamiento
que desahoga en mí su eterno rayo.
M.H.

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"LOLA JUGANDO CON LAS PALABRAS Y CON LOS NIÑOS"




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domingo, 24 de octubre de 2010

Miguel Hernández. (En Zafra)

*Tu Corazón por Alimento*
Homenaje a Miguel Hérnandez en su centenario.


Cena a Ciegas...en "Lacasabar"



Para despertar tus sentidos más olvidados "Lacasabar" organiza una deliciosa Cena a oscuras.
El menú consta de 10 platos relacionados con 10 de sus poemas. Se serviran 3 vinos.

La actriz Magda Garcia-Arenal (Sala Guirigai) recitará el poema correspondiente a cada plato.

Se supone que al perder el sentido de la vista, responsable de casi el 55% de nuestras sensaciones, el resto de los sentidos se agudizan para cubrir ese hueco, sobre todo, gusto y olfato.

Disfruta de un menú que tendrás que degustar con un antifaz, en un comedor con ausencia de luz.(Contarás con la ayuda de un guía que te orientará).
Habrá un descanso en mitad de la cena para cambiar impresiones.

Una idea original de Sole Ortega y Carolina Sciolla.
Día 26 de noviembre a las 21h.
Precio 42€ por persona

Como se trata de una cena organizada es necesaria la máxima puntualidad, ya que, los platos se servirán al mismo tiempo para todos los comensales.

Para reservas- Tf: 924553972-651909870
Se ruega retirar o reconfirmar sus reservas con antelación para poder organizar el aforo de 34 personas.

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Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas,
y órganos mi dolor sin instrumentos,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento...





sábado, 16 de octubre de 2010

¡ME GUSTA ESTE PLANETA!


Yo no sé vosotras, pero a mí los premios Planeta siempre me decepcionan, aunque éste… no sé… creo que voy a disfrutarlo, tengo yo esa intuición. ¡Estamos teniendo suerte con los últimos premios…! primero Mario, y ahora Eduardo Mendoza, otro de mis escritores favoritos, desde los años 70 cuando me paseé de su mano y de la de su amigo Savolta por las calles de Barcelona. Hace pocos días terminé de releer "Sin noticias de Gurb", y lo pasé tan bien con las aventuras de esos extraterrestres como la primera vez. Eso no pasa con muchos libros, que envejecen mal.
Cuando me entero que ha salido una obra nueva suya me entra como una ansiedad por largarme a la librería más próxima a buscarla entre sus estanterías. Me gusta, me entretiene, me divierte, y me entran unas ganas locas de invitarlo a merendar, porque es de esas personas que me apetecería horrores tenerla entre mis amigos, con esa mirada entre tierna e irónica y sus comentarios inteligentes.

Anoche, cuando le dieron el Premio, dijo que este es "un libro serio que plantea dilemas morales al lector, que deberá posicionarse sobre muchas cosas". Riña de gatos; Madrid, 1936 es una novela de "intrigas, misterios y aventuras", pero que también supone "una reflexión sobre un momento histórico", los meses anteriores al estallido de la Guerra Civil.

O sea, más en la línea de La verdad sobre el caso Savolta y La ciudad de los prodigios que en la de Pomponio Flato, con el que tantos nos reímos cuando nos tocó leerlo.

Riña de gatos nos trasladará hasta la primavera de 1936, momento en que se intuye la tragedia que estallará el 18 de julio. Justo cuando el Frente Popular gana las elecciones de la Segunda República, un joven inglés, Anthony Whitelands, especialista en pintura española antigua, llega a Madrid para tasar obras de arte, entre ellas, un probable óleo de Velázquez. Pero lo que encuentra es un país extraño, en tensión. Durante sus visitas a coleccionistas conocerá a personajes históricos, como José Antonio Primo de Rivera o Francisco Franco. «En esta obra –dice el escritor– hay un personaje real, que no quiero desvelar, y otro ficticio». Sobre la vigencia de la contienda del 36, indicó: «Todavía interesa. Es algo que tenemos que asimilar de una vez. No sólo como una referencia, sino como algo histórico a encajar en nuestro pasado para entender nuestro presente».

La finalista ha sido la periodista y escritora valenciana Carmen Amoraga con su obra El tiempo mientras tanto. Amoraga se convierte así en la finalista en los dos premios literarios españoles más importantes, el Nadal y el Planeta. Carmen Amoraga, con su primera novela ganó en 1997 el premio Ateneo Joven con la obra Para que nadie se pierda. Nacida en 1969, es autora de Todas las caricias, La larga noche y Algo tan parecido al amor, con el que quedó finalista del Nadal hace tres años. Ahora repite segunda clasificación, ya en el gran premio del grupo Planeta, con La primera vez no te conocí, un trágico repaso a las relaciones de una madre con su hija en coma tras un accidente de tráfico. El tiempo mientras tanto se centra en la historia de una mujer cuya hija ha sido víctima de un accidente automovilístico y está en coma. A partir de ese momento, la protagonista comienza a recordar el pasado y lo complejas que fueron la relación que mantuvo con la joven.

jueves, 7 de octubre de 2010

¡¡¡TENEMOS NUEVO NOBEL EN ESPAÑOL!!!

¡Y van once!

¡Enhorabuena a Mario Vargas LLosa! Justo cuando ya nadie hablaba de él como aspirante al premio, van y se lo dan. Murakami y McCarthy habrán de esperar cómo lo hizo él durante años.

¿Lo celebraremos en Hoy Libro leyendo alguno de sus libros?

Yo leí en mi adolescencia "La tía Julia y el escribidor". Esa historia de amor entre un joven aspirante a escritor y su tía política me atrapó.

Años después, descubrí que su primera mujer, Julia Urquidi, de la que se había separado en 1964, se había sentido tan ofendida, pues veía su historia de amor y desamor junto al escritor reflejada en la novela, que ella a su vez había escrito "Lo que Varguitas no dijo". Desde su realidad, en la que ponía nombre y apellidos no sólo a ella y a su ex-marido, sino a los distintos personajes que aparecen en la obra y que, en palabras suyas, estaban muy lejos de ser ficción. He buscado ese libro por librerias de aquí y del otro lado del charco sin éxito.

"Yo lo hice a él. El talento era de Mario, pero el sacrificio fue mío. Me costó mucho. Sin mi ayuda no hubiera sido escritor. El copiar sus borradores, el obligarlo a que se sentara a escribir..." declaró en una entrevista en el 2003.

¿Lo reeditarán ahora que Vargas Llosa es premio Nobel?

¿Será que la literatura, después de todo, no es sino ficción disfrazada de realidad?

Perdonad esta "frivolidad" de introducir algo personal en una felicitación tan especial pero, ¿acaso no son mortales como el resto?. ¿Sabemos de qué se nutre un escritor cuando se enfrenta al folio en blanco? ¿A la soledad?

¡¡Felicitaciones de nuevo!!





aquí os dejo un homenaje que le han hecho a Varguitas en el programa Página 2 de tve. Espero que os guste.




columna de EL PAÍS: CATORCE MINUTOS DE REFLEXIÓN