viernes, 22 de julio de 2011

ACTA DE JULIO... TORTILLA FLAT


O de cómo se hizo un acta en vez de estar haciendo las maletas




1
De cómo por culpa de tres avispas (¡tres!) se aplazó la cena dos días, cambiando de un golpe la fecha, el sitio, la organizadora e incluso las asistentes.

Todo se pega. Después de pasar muchas horas en compañía de un libro, llegas a sentir que eres una protagonista más. Es curioso como nos dejamos influenciar por las palabras. Van calando poco a poco, sin que te des cuenta, y de pronto un día ves en tu comportamiento actitudes y gestos de los personajes, y de tu boca salen frases que no son tuyas:
-Ayyy, amigaaa, ¿a’onde vas con esta calooooo?
-Al acquagim, a ponerme cachas ¿y si nos tomamos un vinillo luego?

Lo dicho. Todo se pega.

Este mes nos hemos integrado tan bien en la desordenada vida de los paisanos de Tortilla Flat, esos camaradas errantes de Steinbeck, que hemos alterado la rutina forjada en estos cuatro años. Nuestra cena ha cambiado varias veces de fecha, de sitio, de organizadoras e incluso de asistentes. Hasta unas minúsculas pero arteras avispas han sido las causantes del último cambio. Un día estás tan contenta trotando por los prados rodeada de tus pollitos, y al día siguiente vas a tu nombramiento de presidentadeestanuestracomunidad con un ojo a la funerala. Igualito que El Pirata a la bendición del candelabro en la Iglesia. Hecha unos zorros. La vida es así.

Por las avispas de marras, del martes pasamos al jueves, de binomio a nueva victoria, de Ángela a Marga como organizadora. Y asumimos nuestro rol de camaradas errantes con toda la naturalidad del mundo, como si estuviésemos emparentados con los del llano por consanguinidad o fantasía.

2
De cómo la Pelona de la Cristi se vio tentada por la codicia, compró tres películas del tirón y en torno al gollete las paisanas tomaron buena nota de las astucias de Spencer Tracy.

La mañana del jueves “caía tan liviana como pasa el tiempo para un hombre feliz”... o como una mujer que disfruta de su papel de rodríguez por primera vez en décadas. La pelona de la Cristi (porque se ha cortado la melena), estaba empeñada en conocer a otro personaje literario que la tiene obnubilada: Robert Jordan, el miliciano republicano por quién doblan las campanas, que interpreta Gregory Peck. Y como si el tiempo no importase, se fue a vagabundear por un cercano centro comercial anglosajón (que no está en Monterrey). Y encontró una oferta. Si compraba dos películas le regalaban una tercera. Ella es así, prefiere una buena película (aunque sea en blanco y negro) a una “máquina de barrer” por muy mona que sea. Entre todas las joyas cinematográficas que tenía ante sus ojos se dio de bruces con Spencer Tracy, y aunque en un principio le despistó que el título fuese “La vida es así”, recordó un trailer que había visto en su deambular por la red, donde unos paisanos cantaban con desatino y gran dosis de alcohol en sangre:
-Ay, ay paisano, la vida es así...

Salió de allí más contenta que si viniese del bar de Torelli con dos garrafas en la mano, agarrada a Spencer Tracy, Gregory Peck y, de propina, con su adorado Mastroianni. No es muy seguro inducir a esta Pelona a la tentación. Nunca ofrece resistencia.

-¡Ea! –se dijo- mira por donde, ya tenemos una precena ideal.

Este era un regalo del tipo que requiere un regalo posterior: un gintonic delante de una tele en la mejor compañía.
-Ay, ayyy paisana, la vida es así

En media hora lo organizamos todos, aunque con varios cambios, como no podía ser menos:
-Ayyyyy amiga, qué caló que hace
-¿pero qué haces aquí? ¿no has leído mi mensaje?
-nooooo, es que tengo el teléfono en el fondo del bolsoooo
-pues es que ya no es aquí, vámonos, que es en casa de Elena...

Y corre que te corre llegamos ante el pantallón XXL de la marileni, y allí nos sentamos a disfrutar de las aventuras de los amigos de Danny, mientras dejábamos al gollete de la botella más sólo que el padre de Petey Ravanno.

La peli está un poco descafeinada con respecto a la novela, las "picardías" más gordas no salen (no serían del gusto de Hollywood), pero refleja muy bien a los personajes y el ambiente de Tortilla Flat, con sus desvencijadas casas de madera, con su porche, su mecedora y su rosal de Castilla. Spencer Tracy hace muy bien de Pilón, y nos reímos con sus estrategias y su habilidad para llevar a su terreno a todo el mundo, únicamente es un poco más beato que en el libro, y le promete a San Fernando un candelabro que haga juego con el del Pirata si salva a Danny, que está a punto de morir. ¡Milagro! Danny se recupera y se casa con Dulzuras Ramírez. Tras la fiesta (de la boda), Danny se va de viaje de novios en el coche de la policía conducido por Tito Ralph. Danny, en un acto de generosidad, les ha regalado la casa, para irse a vivir a la de Dulzuras, que estaba más ordenadita, y los amigos se sientan en el porche a contar historias, pero sin querer queman la casa con una colilla. Entonces es cuando se separan y se va cada uno por su lado. Ya os he reventado el final. La vida es así.

Tras el The end salimos “cogidas del brazo, por camaradería y seguridad” camino del lugar de la cena, justo cuando “el cielo tenía una tonalidad tan brillante tan melancólica como un recuerdo” (32).

3
De cómo las Amigas de Danny se reunieron en Sevilla Este para hablar del libro y de más cosas, y de cómo aparece la doctora sur tras su larga ausencia.

Cena diferente la de anoche. Rompimos con todas las rutinas. Abandonamos los reservados, para integrarnos en el bullicio de una terraza, y con el fresquito nos olvidamos de la tradicional foto tras los postres, por eso no vais a ver lo mona que estoy pelona y os vais a quedar con la curiosidad hasta septiembre. Allí nos sentamos a juzgar a los semejantes, no por afán moralista sino por curiosidad, y aunque del libro hablamos poco, a todas las paisanas nos gustó (4 votos, y los 4 buenos en nuestra encuesta). No faltaron los temas entre el vocinglerío ambiental: hablamos de Cornelia Ruiz, Teresina Cortés, “de amor y peleas”, de biografías y ensayos, de pasado, presente y futuro... pero como la pilona estaba perezosa y tomó pocas notas, ahora tiene que improvisar.
-¡Ayyyyy amigaaaaa, la vida es así!

De lo que estoy segura es que seguimos al pie de la letra las fases del alcohol en sangre:

Justo bajo el gallote de la primera botella, conversación seria y reposada. Cuatro centímetros más abajo, tristes y dulces nostalgias. Cinco centímetros, recuerdos de viejos amores felices. Dos centímetros, recuerdos de viejos amores desdichados. Fondo de la primera botella, una vaga tristeza general. Gollete de la segunda botella, negro e impío abatimiento. Dos dedos más abajo, una canción sobre la muerte o la añoranza. Un pulgar, cualquier otra canción que uno conozca. Las graduaciones se detienen aquí porque se pierde todo rastro y ya no es posible ninguna certeza. A partir de este punto cualquier cosa puede ocurrir...

A partir de este punto, cada una tiró para un lado, hasta la próxima cena, que supongo que estaremos más comedidas, como corresponde a unas "regentas"... 

Y ahora, con vuestro permiso, me voy a la playa, que voy a ver si le tiro unas cuantas piedras a los marineros para hacerme con unas buenas caballas, y si no… ¡a limpiar calamares! ¡que se me acabó la vida de rodríguez!
¡Adiós, paisanas!

6 comentarios:

fersansegundo dijo...

¡Ay, Cristina!
Cada día escribes mejor.
Feliz verano a ti y a todas. Felices botellas y que algunas tengan un recorrido más risueño.

maría sur dijo...

Sí que es verdad, Cristi, qué bonito acta, y aunque en estos días cada una "cojamos senderos diferentes", espero el regreso a la rutina invariable del mes de septiembre para quebrantarla juntas con nuevas lecturas y aventuras.

Yo tambien os deseo a todos feliz verano desde mi retiro "en las proximidades del mar, donde la medida del tiempo se realiza de manera más compleja que en otros lugares de la tierra, porque además del sol y de la temperatura que determinan las estaciones, las olas marcan el compás de los minutos con su batir incesante, y las mareas señalan las horas con el flujo y reflujo de las aguas, como si fueran una enorme clepsidra".

marga dijo...

Tienes razón, Cristina ¡cómo vamos a echar de menos la libertad de la que hemos gozado estos días con nuestros paisanos! Ahora nos toca enfundarnos en opresivos corsés y sufrir las manipulaciones de una rancia sotana, aunque en cada una de nosotras está el suavizar esos contrastes. Yo he apostado por una deuda que tenía con Rocío y estoy leyendo El marino que perdió la gracia del mar… ¿os suena?

Cristina dijo...

¡gracias Fersantopatrón! ¿has visto que vamos a leer La Regenta para septiembre? ¡ay, Carmelo! ¿cuándo te vas a venir a cenar otra vez con nosotras? ¿y si te vienes con alguien que sepa mucho mucho de esa novela, aunque no lleve puesta la sotana?

Elena dijo...

Encantada de leerte Cristina.
Te ha quedado una bonita acta.
Nos vemos en el próximo libro, trataré de no encorsetarme.
Muchos besos y un feliz verano a todas

pilar-ausente dijo...

¡Eso me pasa por no estar aquí que, entre otras cosas, me pierdo la cena! De London to Totness y de ahí a los portugales. Con sol, lluvia, sol-y-sombra-ay-que-llueve-que-llueve-que-llueve-otra-vez-sí-pero-no, he viajado con Hoy Libro porque así, como el que no quiere la cosa, se colaba en pensamientos y conversaciones. ¡Fíjate que me parece que he estado en la cena sin estar y todo gracias a la Cristi a quien no me puedo imaginar sin su frondosa melena!
Fersansegundo, no seas flojo y hazte ver por las Sevillas con la Regenta en un brazo y tu sapienza en el otro.
Yo también os deseo un feliz verano a todas. Nos vemos a la vuelta. Un beso.