miércoles, 14 de enero de 2015

Acta de diciembre


El 2015 me ha pillado con el cartel de procastinadora en la frente, así que me esforzaré en resumir el encuentro de diciembre para ir tachando tareas  de esa lista obligada de buenos  propósitos.

Por diversos motivos, acudimos muy pocas a comentar  "El árbol de la ciencia". Fuimos muy disciplinadas y nos aplicamos con ahínco a la tarea de destripar el libro, lo que no impidió que abundaran las charlas propias de unas amigas que se reúnen alrededor de una mesa en vísperas de Navidad.

Quien propuso el libro lo hizo desde la nostalgia y ahora piensa que el protagonista adolece de melancolía y que tiene un espíritu poco práctico. Coincidimos todas en que El árbol de la ciencia es muy pesimista y que resalta en el aspecto  negativo de cualquier situación. Aunque la crítica social y política que le imprime carácter al libro podría tener plena vigencia, como cuando se habla de la percepción de España, hay momentos en los que resulta difícil de llevar.

La mayoría de nosotras lo habíamos leído hacía un número inconfesable de años y por lo general este segundo contacto ha supuesto una inferior puntuación. Debido a que es una lectura obligada en secundaria, nos preguntamos si es un libro apropiado para captar lectores entre los adolescentes.

   Entre otras frases, salieron a relucir “El catalán no era tan petulante como la generalidad de sus paisanos del mismo oficio; el riojano no se las echaba de franco ni de bruto, y el andaluz no pretendía ser gracioso" o "¿Por qué no había experimentados en España cuando la experimentación para dar fruto no exigía más que dedicarse a ella? Sin duda faltaban laboratorios, talleres para seguir el proceso evolutivo de una rama de la ciencia; sobraba también un poco de sol, un poco de ignorancia y bastante de la protección del Santo Padre, que generalmente es muy útil para el alma, pero muy perjudicial para la ciencia y para la industria”

Hubo varias propuestas de lecturas:
Saber perder, de David Trueba.
La voz dormida, de Dulce Chacón.
Los peces de la amargura, De Fernando Aramburu.
La ganadora fue Años luz, de James Salter, que comentaremos el  martes 27  de enero. Según el listado del blog, la organizadora es M. Mar.

Echamos mucho de menos a todas las ausentes. Espero que en este nuevo año podamos disfrutar de muchas y variadas conversaciones literarias...y no literarias.