Rápida como el rayo es esta MUJER, ¡qué barbaridad! se quita su ESCAFANDRA, coge el PINCEL y pinta en el LIBRO las palabritas nuevas... pero... ¿y la MÚSICA, María Sur?, ¿dónde está la MÚSICA?
Por cierto, la de hoy se titula "PALABRAS". ¿Qué mejor MÚSICA, MUJER, para colorear con las PINCELADAS de estas notas el LIBRO en el que, aislada con tu ESCAFANDRA, te hayes sumergida?
no puedo ponerme la ESCAFANDRA, ni esconder mis halagos ante esta MUJER tan genial, que dibuja palabras con su PINCEL mágico, y nos regala su MÚSICA para las lectoras de hoy LIBRO ¡qué placer!
Sumergida con otras MUJERES en el mar de nuestros LIBROS, en las PINCELADAS de nuestros cuadros y en la MÚSICA que acompaña nuestras letras, no quisiera ESCAFANDRA alguna que me aísle. ¿Y por qué, entonces, tengo la sensación de que a la hora de regalarnos no dejamos muchos resquicios – algunos sí, pero pocos- por donde se cuele algún sentido, algún motivo, algún afecto?
¿Seré yo la única que tiene una ESCAFANDRA y no “siente” más allá de ella?
Tienes razón, yo sí quise esconderme tras mi ESCAFANDRA, y fundirme con la MÚSICA de fondo, con las letras del LIBRO que descansaba en la mesa. Creo que somos MUJERES creativas, demostrado está en las PINCELADAS que dejamos en el árbol de Navidad. Hay que cambiar las normas del regalo, o no regalar. Pero para el próximo, prohibir regalos comprados, no los necesitamos. Lo debatiremos en la próxima cena.
Aunque ya lo debatiremos, discrepo contigo, MUJER. Ni creo que tu, precisamente tú, te escondieras tras la ESCAFANDRA de salir del paso- ¿acaso crees que no sospecho de tus PINCELADAS en alguno de ellos?- ni que el comprarlos nos reste creatividad alguna – el simple hecho de “buscarle un motivo” a lo que regalamos es ya algo que “creamos”, ¿no crees?-.
Yo solo vindico – qué me ha gustao esta palabra, pilipili – dos cosas: una, que ya que a priori no sabemos a quién regalamos, pero sí dónde nos encontramos, lo hagamos acorde a las notas MUSICALES que motivan nuestros encuentros, y dos, que nos demos tiempo a la hora de intercambiarlos - ¿para qué regalarnos si no nos damos tiempo para poder leer en ellos como si de un LIBRO se tratase?-, quiero que me hablen de vosotras – sí, los regalos hablan- y se traten de lo que se traten, poder dedicarles un ratito, cuando nos reunamos, a “escucharlos”.
La otra noche me quedé con las ganas de disfrutar de la MUSICA y las PINCELADAS que encerraban cada uno de ellos. ¡Pena que nos pusiéramos la ESCAFANDRA del tiempo y saliéramos juyendo! ¡MUJERES!
LIBROS y LIBROS. Palabras y palabras. Muchas llenas de MÚSICA. Otras, con PINCELADAS que despiertan mi curiosidad. Véase, ESCAFANDRA. Del griego skáphe (barco pequeño) y andrós (de un hombre). ¿Y nosotras que nos pondríamos, MUJER? ¿Una escafginia tal vez?
la MUJER sacó sus PINCELES, su LIBRO de apuntes y su acuarela, quería plasmar toda la belleza del agua, sus azules variables por la marea, quería evocar en su pintura toda la MÚSICA que llevaban las olas en su vaivén, pero la ESCAFANDRA se le llenó de vaho, y un pulpo juguetón le quitó la paleta.
¿ Porque me quito la ESCAFANDRA ? ¿ Porque bajo la guardia ?, ¿Porque me tiro a tuma abierta delante de esas MUJERES de Hoy LIBRO?. Porque me siento segura, porque no tengo nada que ocultar delante de ellas, porque desde el primer día vi que no había nada que esconder. A todas nos mueve lo mismo, el amor a los LIBROS. Con el blog, todo los días tengo PINCELADAS de arte, de literatura y de MUSICA y una manera de escapar de la rutina diaria. Ante los otros eres, enfermera, gestora, estudiosa, cuidadora, ama de casa..etc. Con ellas soy solo MUJER integrante de algo maravilloso como ELLAS. Maria-Norte
-Oh, perdona! ¡creí que era un PINCEL!, le dijo la MUJER al buzo, que abría mucho los ojos bajo la ESCAFANDRA ante su osadía.
-Pues no, era un LIBRO, pero la última vez que me sumergí se quedó así, se disolvió todo, menos mal que no me gustaba mucho, era de Jane Austen. Puedes quedártelo.
-¿Y esa MÚSICA que se escucha de fondo?
-Es mi mp3 sumergible de última generación, me gusta escuchar a los pecos mientras buceo.
Lo peor era el engaño en el que habían vivido los tres. Toda su vida era una mentira de pronto.
Vio a su marido en la puerta del cine besando a esa MUJER a la que había contado sus secretos de alcoba de veinte años de matrimonio, esa a la que llamaba mejor amiga. Ninguno de los dos tuvo piedad al confesarlo.
Por eso alquiló ese yate, para perderse, para irse lejos, muy lejos, donde no hubiese ningún ser humano, para ser una anónima entre pulpos y caracolas. Quería nadar desnuda en las calas y compartir las noches con sus pensamientos.
Ni siquiera cogió su maleta, le bastaban su caja de acuarelas, los PINCELES y ese LIBRO que nunca podía leer por falta de tiempo.
El tercer día, con la piel ya bronceada y la sal pegada a su desgreñado pelo, dormitaba en la popa con su LIBRO entre las manos. Miles de apuntes coloreaban la cubierta y una MÚSICA de fondo, muy suave, acompañaba el vaivén de las olas sobre el casco. Si existía la felicidad tenía que ser algo parecido a eso.
De pronto, unas burbujas crepitaron a su espalda y una ESCAFANDRA surgió entre ellas. Tardó tiempo en reconocerlo a través del cristal.
Sus ojos suplicantes se perdieron de nuevo entre burbujas cuando ella le tiró el ancla. El mar se convirtió también en una acuarela de tonos rojizos.
La MUJER se transportó a su infancia con las palabras de HOYLIBRO. En sus oídos resonaba la CANCIONCILLA con la que comenzaban sus sobremesas infantiles en la mesa camilla. La tele se teñía de azul, azul como los ojos de su padre, con el que se acurrucaba para ver al Capitán Cousteau, tieso como un PINCEL sobre la cubierta del Calypso, con su ESCAFANDRA y sus bombonas de oxígeno.
¡oder, con las MUJERES de hoy LIBRO! en cuanto me sumerjo con mi ESCAFANDRA en otros mares buscando colores nuevos a mis PINCELES, parece que perdiera el trepidante ritmo de su MÚSICA... Gracias que al final siempre me estan esperando en la orilla.
No me gusta la palabra ESCAFANDRA. Como quiero jugar tendré que congraciarme con ella. La estiro, la encojo, la miro desde arriba, cierro un ojo, luego otro. La meto en un LIBRO, en la página 88, tan bonita, y salto sobre él , quizás aplastándola me resulte más agradable. La enrollo sobre sí misma y mientras me la acerco al oído la agito con energía para extraerle toda su MÚSICA…¡nada! Cojo un PINCEL y dibujo cada una de sus sílabas con un color diferente y chillón, de esos que tanto me alegran: parece que mejora un poco. ¡Ya sé! La desmenuzo y encuentro que encierra muchos nombres de MUJER: Dafne, Sara, Fedra, Ana, Sandra…pero no es suficiente. Decido pasar y esperar a que a alguien se le ocurran otras palabras que me inspiren más.
17 comentarios:
Rápida como el rayo es esta MUJER,
¡qué barbaridad!
se quita su ESCAFANDRA, coge el PINCEL y pinta en el LIBRO las palabritas nuevas... pero... ¿y la MÚSICA, María Sur?, ¿dónde está la MÚSICA?
Por cierto, la de hoy se titula "PALABRAS".
¿Qué mejor MÚSICA, MUJER, para colorear con las PINCELADAS de estas notas el LIBRO en el que, aislada con tu ESCAFANDRA, te hayes sumergida?
no puedo ponerme la ESCAFANDRA, ni esconder mis halagos ante esta MUJER tan genial, que dibuja palabras con su PINCEL mágico, y nos regala su MÚSICA para las lectoras de hoy LIBRO ¡qué placer!
(Y ahora algo más "agricejio" ¿?)
Sumergida con otras MUJERES en el mar de nuestros LIBROS, en las PINCELADAS de nuestros cuadros y en la MÚSICA que acompaña nuestras letras, no quisiera ESCAFANDRA alguna que me aísle.
¿Y por qué, entonces, tengo la sensación de que a la hora de regalarnos no dejamos muchos resquicios – algunos sí, pero pocos- por donde se cuele algún sentido, algún motivo, algún afecto?
¿Seré yo la única que tiene una ESCAFANDRA y no “siente” más allá de ella?
Tienes razón, yo sí quise esconderme tras mi ESCAFANDRA, y fundirme con la MÚSICA de fondo, con las letras del LIBRO que descansaba en la mesa. Creo que somos MUJERES creativas, demostrado está en las PINCELADAS que dejamos en el árbol de Navidad. Hay que cambiar las normas del regalo, o no regalar. Pero para el próximo, prohibir regalos comprados, no los necesitamos. Lo debatiremos en la próxima cena.
Aunque ya lo debatiremos, discrepo contigo, MUJER.
Ni creo que tu, precisamente tú, te escondieras tras la ESCAFANDRA de salir del paso- ¿acaso crees que no sospecho de tus PINCELADAS en alguno de ellos?- ni que el comprarlos nos reste creatividad alguna – el simple hecho de “buscarle un motivo” a lo que regalamos es ya algo que “creamos”, ¿no crees?-.
Yo solo vindico – qué me ha gustao esta palabra, pilipili – dos cosas: una, que ya que a priori no sabemos a quién regalamos, pero sí dónde nos encontramos, lo hagamos acorde a las notas MUSICALES que motivan nuestros encuentros, y dos, que nos demos tiempo a la hora de intercambiarlos - ¿para qué regalarnos si no nos damos tiempo para poder leer en ellos como si de un LIBRO se tratase?-, quiero que me hablen de vosotras – sí, los regalos hablan- y se traten de lo que se traten, poder dedicarles un ratito, cuando nos reunamos, a “escucharlos”.
La otra noche me quedé con las ganas de disfrutar de la MUSICA y las PINCELADAS que encerraban cada uno de ellos. ¡Pena que nos pusiéramos la ESCAFANDRA del tiempo y saliéramos juyendo! ¡MUJERES!
LIBROS y LIBROS. Palabras y palabras. Muchas llenas de MÚSICA. Otras, con PINCELADAS que despiertan mi curiosidad. Véase, ESCAFANDRA.
Del griego skáphe (barco pequeño) y andrós (de un hombre).
¿Y nosotras que nos pondríamos, MUJER? ¿Una escafginia tal vez?
la MUJER sacó sus PINCELES, su LIBRO de apuntes y su acuarela, quería plasmar toda la belleza del agua, sus azules variables por la marea, quería evocar en su pintura toda la MÚSICA que llevaban las olas en su vaivén, pero la ESCAFANDRA se le llenó de vaho, y un pulpo juguetón le quitó la paleta.
En el mundo submarino es difícil ser artista.
¿ Porque me quito la ESCAFANDRA ? ¿ Porque bajo la guardia ?, ¿Porque me tiro a tuma abierta delante de esas MUJERES de Hoy LIBRO?.
Porque me siento segura, porque no tengo nada que ocultar delante de ellas, porque desde el primer día vi que no había nada que esconder. A todas nos mueve lo mismo, el amor a los LIBROS.
Con el blog, todo los días tengo PINCELADAS de arte, de literatura y de MUSICA y una manera de escapar de la rutina diaria.
Ante los otros eres, enfermera, gestora, estudiosa, cuidadora, ama de casa..etc.
Con ellas soy solo MUJER integrante de algo maravilloso como ELLAS.
Maria-Norte
-Oh, perdona! ¡creí que era un PINCEL!, le dijo la MUJER al buzo, que abría mucho los ojos bajo la ESCAFANDRA ante su osadía.
-Pues no, era un LIBRO, pero la última vez que me sumergí se quedó así, se disolvió todo, menos mal que no me gustaba mucho, era de Jane Austen. Puedes quedártelo.
-¿Y esa MÚSICA que se escucha de fondo?
-Es mi mp3 sumergible de última generación, me gusta escuchar a los pecos mientras buceo.
VACACIONES EN EL MAR
Lo peor no fue la infidelidad.
No.
Lo peor era el engaño en el que habían vivido los tres. Toda su vida era una mentira de pronto.
Vio a su marido en la puerta del cine besando a esa MUJER a la que había contado sus secretos de alcoba de veinte años de matrimonio, esa a la que llamaba mejor amiga. Ninguno de los dos tuvo piedad al confesarlo.
Por eso alquiló ese yate, para perderse, para irse lejos, muy lejos, donde no hubiese ningún ser humano, para ser una anónima entre pulpos y caracolas. Quería nadar desnuda en las calas y compartir las noches con sus pensamientos.
Ni siquiera cogió su maleta, le bastaban su caja de acuarelas, los PINCELES y ese LIBRO que nunca podía leer por falta de tiempo.
El tercer día, con la piel ya bronceada y la sal pegada a su desgreñado pelo, dormitaba en la popa con su LIBRO entre las manos. Miles de apuntes coloreaban la cubierta y una MÚSICA de fondo, muy suave, acompañaba el vaivén de las olas sobre el casco. Si existía la felicidad tenía que ser algo parecido a eso.
De pronto, unas burbujas crepitaron a su espalda y una ESCAFANDRA surgió entre ellas. Tardó tiempo en reconocerlo a través del cristal.
Sus ojos suplicantes se perdieron de nuevo entre burbujas cuando ella le tiró el ancla. El mar se convirtió también en una acuarela de tonos rojizos.
La MUJER se transportó a su infancia con las palabras de HOYLIBRO. En sus oídos resonaba la CANCIONCILLA con la que comenzaban sus sobremesas infantiles en la mesa camilla. La tele se teñía de azul, azul como los ojos de su padre, con el que se acurrucaba para ver al Capitán Cousteau, tieso como un PINCEL sobre la cubierta del Calypso, con su ESCAFANDRA y sus bombonas de oxígeno.
¡oder, con las MUJERES de hoy LIBRO! en cuanto me sumerjo con mi ESCAFANDRA en otros mares buscando colores nuevos a mis PINCELES, parece que perdiera el trepidante ritmo de su MÚSICA...
Gracias que al final siempre me estan esperando en la orilla.
¿y si ponemos otras cinco palabritas? ¿alguna voluntaria?
Vale, María-Norte. Ahí van los cinco palabras:
MEDUSA, HORMONAS, LIBROS, DISCULPAS, ¡COÑO!
No me gusta la palabra ESCAFANDRA. Como quiero jugar tendré que congraciarme con ella. La estiro, la encojo, la miro desde arriba, cierro un ojo, luego otro. La meto en un LIBRO, en la página 88, tan bonita, y salto sobre él , quizás aplastándola me resulte más agradable. La enrollo sobre sí misma y mientras me la acerco al oído la agito con energía para extraerle toda su MÚSICA…¡nada! Cojo un PINCEL y dibujo cada una de sus sílabas con un color diferente y chillón, de esos que tanto me alegran: parece que mejora un poco. ¡Ya sé! La desmenuzo y encuentro que encierra muchos nombres de MUJER: Dafne, Sara, Fedra, Ana, Sandra…pero no es suficiente. Decido pasar y esperar a que a alguien se le ocurran otras palabras que me inspiren más.
Dos horas de retraso, ¿qué son dos horas? Ansiosas, que sois una ansiosas. Y rapidillas también.
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