El trío lalalá, formado por las hermanitas Monge y la Cristi se habían tirado a la calle a las seis de la tarde, hora la mar de taurina y fresquita, para pasar una tarde mitad cultural mitad consumista. No se nos quedó nada en el tintero: la pensión de Juan Ramón (Jiménez), el huerto claro donde madura el limonero de Antonio Machado, los perritos de la duquesa en el palacio de Dueñas, los pantaloncitos modernos de Mango y el la pintura modernista del Museo de Bellas Artes fueron testigos de nuestros pasos.
A las 8 menos cuarto nos bajamos del autobús en el Altozano. Un poco alucinadas por nuestra puntualidad, todo hay que decirlo. Hicimos el paseíllo por la Calle Castilla, y ¡ohhhhh! Casa Peral estaba cerrada. Pero nos duró poco el disgusto, porque vimos unas mesitas monísimas en Casa Cuesta, desde donde podíamos controlar la llegada de las menos puntuales y allí nos sentamos ante un plato de caracoles.
María Norte descubrió en su plato ¡un caracol con cuernos! (se ve que en Galicia son muy fieles los caracoles). Su hermana, siempre tan misericordiosa con las almas cándidas, le dijo: ¡pues eso es como si te hubieras encontrado un trébol de cuatro hojas! ¡qué suerte!
¡Será mala! ¡piruja, que eres una bruja piruja! (os regalo esta palabra. Piruja: f. Mujer joven, libre y desenvuelta)
Desde nuestra posición atisbamos una piruja rosa que deambulaba de un lado a otro en la puerta de Casa Peral. La llamamos a voz en grito ¡Pililebeeeeee! A paso rápido llegó detrás de su despampanante canalillo. Un poquito más tarde la piruja Ángela vino cargada de noticias bomba (y otro despampanante canalillo). El torbellino de noticias y confidencias iba in crescendo cuando llegó pirujeando María Sur (ésta de canalillo ná, que venía ella la mar de púdica).
-¡las nueve y cuarto, vamos, que llegamos tarde! -dijo la más sensata (o sea, yo, como habréis adivinado todas)-.
-No, tonta, si está ahí al lado...
-espera que apure mi guisky...
-pero... es que es en el 102 y estamos en el 2...
-que no, que el 102 está aquí al lado, es que esta calle engaña, chas, chas... del 2 al 102 no hay nada –dijo la santanderina más trianera.
-¡pero son 100 casas! –insistía la sensata
-chas, chas, ¡que estamos allí en un pispás!
-un buchito de guisky y nos vamos...
Por fin nos pusimos en pie. Chas, chas... de ahí al lado nada, monada, que el 102 estaba en la otra punta de la calle, y cien casas son cien casas, por más chas chas que le pongas. Y para colmo por el camino la Pilili se encontró con diez o doce personas que hicieron nuestro recorrido tan largo como si hubiésemos ido peregrinando a Santiago de Compostela. Dada su capacidad comunicativa estamos seguras que se enteró hasta del dni del bisabuelo del que se encontró en el número 54.
Las demás nos aproximábamos al lugar de la cita. A la altura del número 98 nos encontramos con Ángeles, Elena y María del Mar... estaban en la puerta de un bar...
-¿aquí es?
-No... es ahí al lado
-¿ahí al lado?
-Sí, donde están los globos...
-¿los globos?
-pero, pero... si ahí es donde vive Marió!...
-¡sí, hombre!
-pero ¿dónde está el restaurante?
Un marco de globos rojos y blancos enmarcaban un cartel que ponía “Hoy Libro 2º A”. Nuestro logo nunca estuvo tan festivo. Y Pililebe que no llegaba. La veíamos charla que te charla con un grupo en la acera de enfrente, a la altura de 86...
Pero nosotras seguíamos a lo nuestro:
-2º A qué significa... ¿segundo aniversario?
-no, hija, 2º A es el piso donde vive Marió
-¡sí, hombre!
-¿y tú no lo sabías? ¡seguro que lo sabías y no nos has dicho ná!
-que nooooooo, que yo he estado en su casa, pero no me sabía el númerooooooo
Una pandilla pasó por la puerta. Primero nos miraron a nosotras, las jóvenes lectoras, y luego a los globitos. Pensarían que éramos las madres de los niños del 2º A, que esperábamos que salieran de un cumple.
Y la Pililebe que no llegaba. La llamé por teléfono. La vi sacar su teléfono con parsimonia de su bolso y sin dejar de hablar con sus conocidos, levantar la cabeza, y escuché su voz en mi oreja: síiiii, cristiii, cariño, que estoy llegaaandoooo yaaa...
-¿llegando? ¿cariño? ¡Si te estoy viendo charlar! ¡si llevas diez minutos parada en esa esquina! ¡tendrás caraaaa!
-riiiing, riiiing.... es Adela
-Cristi, ¿dónde estáis?
-en la puerta ¿y tú?
-voy de camino....
Y la Pilili seguía a lo suyo...
¡Pues subimos sin ella! ¡pero llegó! ¡a última hora llegó! Y subimos...
Una sonriente familia feliz nos abrió la puerta de su casa. Entramos atropelladamente... hija, cómo eres, mira que meterte en este lío...
Blanca, la preciosa culpable de la ausencia de Marió durante muchas cenas nos cautivó con su sonrisa y se lo perdonamos todo.
La maravillosa terraza de Marió con vistas al río Guadalquivir estaba preparada para nosotras. Marió ha cuidado todos los detalles, hasta ha iluminado para nosotras la Giralda, que refulgía al fondo.
¿Dónde están esta noche las almas grises, por Dios?
Una larga mesa nos esperaba, iluminada con velitas y engalanada con nuestro logo bajo tomatitos cherry. Un camarero de excepción nos recibió con su mejor sonrisa, entregado a nuestra causa (y al que se nos olvidó darle su propina ¡error imperdonable!!). Adela estaba ya arriba, cómplice...
¡A ver quién supera esta cena!
Por cierto, Marió... no se te olvide incluir en tu acta las recetas de los platos con los que nos deleitaste anoche. Nos regalaste una noche insuperable, en un marco incomparable, con una compañía inigualable y una anfitriona inaguantable de lo bien que lo hace tó...
¡¡¡Gracias!!!
CONTINUARÁ MARIÓ CON LA CENA, MIENTRAS TANTO... ¡QUE OS APROVECHE ESTE APERITIVO!
12 comentarios:
Y digo yo: después de un relato tan provocador de risas, sonrisas y nostalgias ya instaladas, Qué le queda a una por decir? ¿Qué soy una abrazafarolas y hablo con tó quisqui? Pues sí (pero no con todos del mismo modo que una cosa son los conocidos, otros los intuidos, otros los sabidos y otros los amigos).
¿Qué tengo canalillo? Pues también. Es de lo poquito que puede presumir una. Ya sabeis, chicas: sujetador UNNO y a tirarse a la vida del "porque yo lo valgo porque me da la gana y a quién le importa" que son dos días.
¿Qué el impacto de Marió está aún cosquilleando mis entretelas? Sin duda. Marió: gracias, gracias, gracias (haz caso a Cristi y en el acta incluye todas tus recetas pa pasarselas yo a mi Toño). Por cierto, tu Manolo tampoco está mal. ¡Qué falta de delicadeza el olvido de la propina con lo limpio y lo apaño que es el hombre y la sonrisa tan tierna que tiene (además de cuatro hijos, una mujer muy agradable y una tgerraza que ya la quisiera yo pa mi y mi pisito de 84 metros -eso sí, cuadrados-).
¿Qué me habría gustado haber hablado más y mejor del libro? Pues mira, también, para que os voy a engañar pero es que soy sensible a la vida. Mi ja, ja, ji, ji, esconde bien frecuentemente aristas de... otro día os contaré.
Angela y Adela me provocaron una cierta dosis de tristeza; esa tristeza que te da la vida cuando te dice que todo podría ser de otro modo y pocas cosas cambian. LO mejor para las dos, de verdad.
¿Y la vuelta con María-Sur? Estas dejadas de coche que me regalais un mes unas y otro mes otras me gustan mucho. Hacen que, el tiempo que va desde que el coche para hasta que las luces de otro se avecinan por detrás, nos conozcamos un poco más.
Marío, excelente anfitriona, magnífica cocinera, madre sin par......¿no me dejaría yo en tu casa una bolsita con el libro, una libretita y un bolíografo amarillo?
Acabo de llegar, aún con la sonrisa tonta puesta en la cara de lo bien que lo pasé, y leyendo esto creo que la sonrisa me va a durar por lo menos, por lo menos hasta el lunes...pero de Pascua.
Lo he pasado genial con todas.
Marió, enhorabuena, primero por la familia tan bonita que habéis formado y segundo por tu alegría de vivir y la generosidad con tu tiempo que has demostrado al preparar el encuentro en tu casa.
Muchísimas gracias por todo
Solo de momento os dejo, porque tengo que recuperar el tiempo ausente en el trabajo
Un beso enorme para todas desde el Norte
¡Vaya faena, Marió! No sé cómo vamos a superar el encuentro de anoche. Hasta ahora íbamos pasito a pasito, disfrutando y avanzando un poco más cada vez, y llegas tú con tu energía, tu cariño, tu casa, tu impresionante cena, tu familia, tu río y tu puente...y nos desbordas. Disfruté intensamente de todos los detalles, pero especialmente de la SORPRESA, esa mezcla de pasmo, alegría y magia a partes iguales que hace tanto tiempo que no me regalaban. Mil gracias. Y gracias, Cristina, porque eres la mejor portavoz y la mejor recordadora del mundo, y nos lo pones todo muy fácil; adornas con palabras lo que algunas de nosotras no sabemos expresar.
Marió a todo lo dicho no tengo más remedio que añadir que lo que más me gustó, si cabe, fué la SORPRESA. Para el detalle de los globos y las pegatinas con el cariño de tu niña, no se si "maravilloso" expresa de verdad lo que siento...
A la Cristi agradecerle esas libertades que se toma para ofrecernos el aperitivo. Y esas libertades para decir que lo de mi "no canalillo" ¡es por pudor!
Pilipili: a mí también me encanta lo del coche... y no te digo más, que seguro que la Angela nos está viendo.
Y antes de irme a zanguanganear un ratillo, gracias a todas, gracias por todos esos clavitos de plata que iluminaron la noche de ayer.
Y entre el minuto 13 y 15...¡LA SORPRESA!
¡LA MAGIA!
(pilili: ya tengo unno pa mis dos, bueno, en realidad tengo dos pa mis dos porque había unna oferta)
Cristina, (notas que te llamo CRISTINA, ¿verdad?) Tengo que ver ese UNNO en ti.
Y no le digas a María-sur que no enseña el canalillo por pudor. Será porque... porque... porque... ¿Por qué diablos es María Sur?
Pero María sur, ¿tú tienes canalillo? je, je
Ignóralas, María. Acabarán teniendo que pasar por el quirófano. Sin embargo, nosotras sólo tenemos que invertir en viajes, en copas, en pura diversión. ¡Todo el día de juerga! Además, la gente nos quiere porque somos estupendas, no porque tengamos ese canalillo que me parece que para lo único que vale es para que se te acumulen las migas de pan, y venga migas, y venga migas...y yo creo que eso tiene que picar un montón. Y claro, sí, vale, tienes un canalillo precioso, pero estás todo el día rascándote como una tiñosa, y eso, la verdad, muy fino no queda. Además, cuando corremos tú y yo, querida compañera de la 85 , podemos mover los brazos con total libertad y gracia sin tener que inmovilizarlos debajo de esos seres que cobran vida propia cuando la zancada es de más de 15 centímetros. Y claro, en esas condiciones a las del canalillo no les apetece mucho hacer deporte, y empiezan a echar culo...¡y otra vez al quirófano! Y nosotras sin parar de reirnos, de divertirnos, de disfrutar. De verdad, María: somos afortunadas. Y ellas unas envidiosas
¡Ole los canalillos y los no canalillos!
Que cena tan inolvidable e insuperable. Gracias, Mario, por tu dedicación/atención/cariño/buen gusto etc. y a tu marido por ser tan atento y encantador con nosotras; a tus niñas/o por sus detalles, sonrisas y besos (vamos igualitos a mi hijo ¿verdad Pililebe?). Fué una cena perfecta y nosotras fuimos las afortunadas.
Por cierto, buscaba mujeres de ojos grandes en los relatos de Ángeles Mastretta y resulta que estoy rodeada de ellas. Va por todas vosotras.
Por cierto y con respecto a la comida, que rico estaba todo. Si lo sé me llevo un "tapergué".
(Anda, Marió, adóptame. Prometo portarme bien y no hacer ruido)
Tú no te me agobies, Marimar, que son cosas de la edad. Ya verás cuando dentro de un ná se vaya de vacaciones por ahí y te traiga regalos que ni a su mismísima novia. ¿Novia he dicho? Dios, Marimar, nos mandarán al geratrico antes de tiempo, eso sí, uno monísimo de la muerte -según ellos- y nos irán a ver en Navidad y cumpleaños con un ramo de flores cuasi fresco, una sonrisa en los labios y un rictus de sorna en el de su compañera. ¿Quién ha dicho que la vida no es maravillosa?
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