sábado, 28 de mayo de 2011

LEONORA CARRINGTON

Pasando las páginas del periódico me he encontrado con la triste noticia de que ha muerto Leonora Carrington en el México que tanto amó. Hace unos meses ese nombre no me decía nada, porque la he descubierto hace unas semanas -y la he disfrutado muchísimo- a través de las palabras que sobre ella escribió Elena Poniatowska en su libro LEONORA. Ahora más que nunca os recomiendo su lectura, para vuestro disfrute y como homenaje a esta mujer que nunca dejó de soñar y que se luchó con sus pinceles contra la aburrida vida que tenían reservada para ella en la alta sociedad británica.


Seguro que no os defraudará conocer a esta pintora surrealista, amante de Max Ernst, mujer valiente, luchadora y rebelde durante los 94 intensos años de vida que ahora se ha terminado. Eso sumado a la amena escritura de Elena, otra mujer vitalista y apasionada.


Con motivo de la muerte de Leonora, Elena ha escrito un artículo precioso, que podéis leer AQUÍ, y del que extraigo esta frase:
Pretendí rendirle con Leonora un homenaje, un tributo amoroso. Leonora nunca sacrificó su ser verdadero a lo que la sociedad convencional esperaba de ella, nunca aceptó el molde en el que nos cuelan a todos, nunca dejó de ser ella, escogió vivir en un estado creativo que hoy nos exalta y nos llena de admiración, defendió su talento desde la madrugada hasta el anochecer, primero contra su padre y después contra una clase social que pretendía imponerle leyes estrictas, las mismas que han impedido el florecimiento y la creatividad de hombres y mujeres de talento que finalmente se rinden y regresan al conformismo. Leonora Carrington nunca cedió, jamás le importaron las apariencias, nunca guardó la fachada, vivió para pintar y para sus hijos -Gaby, filósofo y poeta, Pablo, pintor y médico con quienes tuvo una relación entrañable, la más cercana que pueda darse entre una madre y sus hijos-. El único fin de su vida fue defender su vocación de pintora y escribir textos que nadie más que ella podría escribir, como el relato de su encierro en el manicomio en Santander, que escribió primero en francés y tituló En basDown below, Memorias de abajo.
Como aperitivo, os dejo unas pinceladas sobre su vida:



Leonora nace el 6 de abril de 1917 en el pueblo de Chorley, en Lancashire, Inglaterra. En el año 1936 ingresa en la academia Ozenfant de arte, en Londres. Al año siguiente conoce a quien la introdujo indirectamente en el movimiento surrealista: el pintor alemán Max Ernst, a quien vuelve a encontrar en un viaje a París y con quien no tarda en establecer una relación sentimental. Durante su estancia en esa ciudad entra en contacto con el movimiento surrealista y convive con personajes notables del movimiento como Joan Miró y André Breton, así como con otros pintores que se reunían alrededor de la mesa del Café Les Deux Magots, como Pablo Picasso y Salvador Dalí.


En 1938 escribe una obra de cuentos titulada La casa del miedo y participa junto con Max Ernst en la Exposición Internacional de Surrealismo en París y Ámsterdam.


Previamente a la ocupación nazi de Francia, varios de los pintores del movimiento surrealista, incluida Leonora Carrington, se vuelven colaboradores activos del Kunstler Bund, movimiento subterráneo de intelectuales antifascistas.


Tenía solo 20 años cuando conoció a Max Ernst en Londres. Entonces el pintor ya contaba con 47 años y con bastante fama como surrealista. La gran diferencia de edad, el hecho de que Ernst además estaba casado, así como sus posiciones surrealistas radicales hacían que esta relación no contara con la anuencia del padre de Leonora. A pesar de ello, la pareja se reencontró en París y pronto se fueron a vivir a la provincia, al poblado de Saint-Martin-d'Ardèche, en una casa de campo que adquirieron en 1938. Hasta hoy se conserva en la fachada de esta casa un relieve que representa a la pareja y su juego de roles: «Loplop», el alter ego de Max Ernst, un animal alado fabuloso entre pájaro y estrella de mar y su «Desposada del Viento»: Leonora Carrington.


La vida tranquila y feliz de la pareja en este sitio duró solo un año. En septiembre de 1939 Max Ernst fue declarado enemigo del regimen de Vichy. Tras su detención y prisión en el campo de Les Milles, Leonora sufre una desestabilización psíquica. Ante la inexorable invasión nazi, se ve además obligada a huir a España. Por gestión de su padre es internada allí hospital psiquiátrico de Santander. De este período la pintora guardará una marca indeleble, que afectará de manera decisiva su obra posterior. Leonora describe en su obra autobiográfica (En bas) los pormenores de esta dramática historia.


En 1941 escapa del hospital y arriba a la ciudad de Lisboa, donde encuentra refugio en la embajada de México. Allí conoce al escritor Renato Leduc, quien terminará ayudándola a emigrar. Ese mismo año contraen matrimonio y Leonora viaja a Nueva York. En 1942 emigra a México y en 1943 se divorcia de Renato Leduc. En México, la pintora restablece sus lazos con varios de sus colegas y amigos surrealistas en el exilio, quienes también se encuentran en ese país, tales como André Breton, Benjamin Péret, Alice Rahon, Wolfgang Paalen y la pintora Remedios Varo, con quien mantendrá una amistad particularmente duradera.


Poco después se casó con Chiki, Emerico Imre Weisz, fotógrafo, padre de sus dos hijos Gaby y Pablo. Chiki estuvo como corresponsal de la guerra civil de España, y salvó la maleta de negativos de Robert Capa que hace más de un año apareció en México y que ahora es motivo de una película y un documental (¡Ayyyy! ¡otro digno candidato a socio del club de la memoria!).

Fue ganadora del Premio Nacional de Bellas Artes, otorgado por el gobierno de México en el 2005.


Falleció a los 94 años en la Ciudad de México el 25 de mayo del 2011



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