sábado, 30 de octubre de 2010

EL RAYO QUE NO CESA...

Este rayo ni cesa ni se agota:
de mí mismo tomó su procedencia
y ejercita en mí mismo sus furores.

Esta obstinada piedra de mí brota
y sobre mí dirige la insistencia
de sus lluviosos rayos destructores.



Sí, porque gracias a Lola (otro rayo que no cesa de alumbrarnos) nos hemos enterado que Miguel Hernández hoy cumpliría 100 años, y es difícil que con partidarias tan fieles y apasionadas como ella su rayo cese. En su muro del facebook Lola ha dejado este enlace para que podamos escucharlo:

Miguel Hernández: el verso que no cesa , con guión de Javier Lostalé, hace un recorrido por la vida y la obra del poeta, guiados por los profesores universitarios Carmen Alemany, Francisco Javier Díez de Revenga y Jorge Urrutia. También se escucha, procedentes del Fondo Documental de RNE, al propio Miguel Hernández; su viuda, Josefina Manresa; compañeros de las cárceles franquistas, entre ellos Antonio Buero Vallejo, y el premio Nobel Vicente Aleixandre que fue uno de sus primeros amigos en Madrid. Además, tres estudiosos de la obra de Miguel Hernández ya desaparecidos, los poetas Concha Zardoya y Leopoldo de Luis y el dramaturgo Juan Guerrero Zamora, explican algunos aspectos de sus investigaciones. (23/10/10)

Como también (allí, en el facebook) nos ha propuesto que pongamos versos suyos, aprovecho para poner el poema 12 de "El rayo que no cesa", y que dice así:
Una querencia
tengo por tu acento
una apetencia por tu compañía
y una dolencia de melancolía
por la ausencia del aire de tu viento.

Paciencia necesita mi tormento,
urgencia de tu garza galanía,
tu clemencia solar mi helado día,
tu asistencia la herida en que lo cuento.

¡Ay querencia, dolencia y apetencia!:
tus sustanciales besos, mi sustento,
me faltan y me muero sobre mayo.

Quiero que vengas, flor, desde tu ausencia.
a serenar la sien del pensamiento
que desahoga en mí su eterno rayo.
M.H.

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"LOLA JUGANDO CON LAS PALABRAS Y CON LOS NIÑOS"




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3 comentarios:

María MD dijo...

En cuclillas, ordeño
una cabrita y un sueño.


Glú, glú, glú,
hace la leche al caer
en el cubo. En el tisú
celeste va a amanecer.
Glú, glú, glú. Se infla la espuma,
que exhala
una finísima bruma.

(Me lame otra cabra, y bala.)

Miguel Hernández.
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(Y arriba dejo un regalito)

María MD dijo...

"Soy una abierta ventana que escucha,
por donde va tenebrosa la vida.
Pero hay un rayo de Sol en la lucha
que siempre deja la sombra vencida"

Miguel Hernández
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(Y arriba dejo otro regalito: Miguel, la fotografiay el dibujo)

Cristina dijo...

Este es el preferido de mi hija Lucía, que se ha aprendido de memoria para recitarlo en clase.

LAS DESIERTAS ABARCAS

Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.
-
Y encontraba los días
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.
-
Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras:
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras.
-
Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el rio
y del pie a la cabeza
pasto fui del rocio.
-
Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.
-
Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas.
-
Ningun rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.
-
Toda gente de trono,
toda gente de botas
se rio con encono
de mis abarcas rotas.
-
Rabié de llanto, hasta
cubrir de sal mi piel,
por un mundo de pasta
y unos hombres de miel.
-
Por el cinco de enero
de la majada mía
mi calzado cabrero
a la escarcha salía.
-
Y hacia el seis, mis miradas
hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas