"En la sala no había ventanas, pero parecía que en el exterior bramaba de verdad el mar.
Por esa razón, esos ojos siguen vivos, porque no se les ha muerto la sorpresa.
Porque creían que esas sombras fantasmagóricas eran reales
y que la vida merecía la pena si era capaz de mostrar cosas tan hermosas".
(Pág. 14 de "El club de la memoria". Eva Díaz Pérez).
Por esa razón, esos ojos siguen vivos, porque no se les ha muerto la sorpresa.
Porque creían que esas sombras fantasmagóricas eran reales
y que la vida merecía la pena si era capaz de mostrar cosas tan hermosas".
(Pág. 14 de "El club de la memoria". Eva Díaz Pérez).
4 comentarios:
¡qué ilu, qué ilu, un adelanto visual del acta!
María, eres la más rápida de Oklahoma! Muchas gracias por este aperitivo
como de la cena no podemos hablar hasta que esté el acta, voy a hablar de la precena: gracias a mis meninas, porque con tanta pincelada que han dado, y con la ilusión y el arte que han puesto, me han vuelto las ganas de coger la paleta. Y por supuesto, gracias a la invitada por dedicarnos su tiempo, porque pensábamos que había que romper el hielo y desde el primer momento vimos que el único hielo que se podía romper era el de nuestro gintonic. Su calidez y su simpatía nos hizo sentir que la conocíamos de toda la vida.
Sí, sí, ya sé que no podemos hablar de la cena, pero… ¿ni siquiera puedo decir que Eva nos ha puesto el listón muy alto y que va a ser difícil superarlo? ¿ni que estuvimos comodísimas desde el primer momento? ¿ni que nos faltó tiempo? ¿ni que aún tengo esa sonrisa bobalicona que me cuelga cuando me lo paso estupendamente? ¿ni que tenemos que buscar la manera de seguir en contacto con Eva? ¿ni…
Bueno, lo que sí puedo decir es: ¡un ole para la fotógrafa!
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