domingo, 27 de septiembre de 2009

LA ILUSIÓN DE LA LLUVIA

La ilusión... Pililebe quiere que hablemos de la ilusión. ¿Se puede perder la ilusión? ¿Y recuperarla, o retomarla como dice Pililebe? ¿Es la ilusión una actitud vital, o un estado transitorio? Para resolver mis dudas, he acudido a nuestro amigo el Drae.

Según su primera definición, la ILUSIÓN es:

  1. f. Concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos.
Esta manera de engañar los sentidos con la imaginación se vive en el vídeo que me ha mandado Mª Carmen Rueda, que siempre ilusiona mi frío email con cosas realmente curiosas e interesantes. Os recomiendo que si queréis engañar vuestros sentidos de verdad cerréis los ojos un ratillo y lo escuchéis. Eso sí, ¡calzaros antes vuestras botas de agua!




Pero nuestro amigo el diccionario tiene otras definiciones:
2. f. Esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo
3. f. Viva complacencia en una persona, una cosa, una tarea, etc.
4. f. Ret. Ironía viva y picante.
Ante la pantallita me he puesto a pensar. El primer significado lo tengo. Cierro los ojos y transformo la realidad a mi antojo. Pero me he dado cuenta de una cosa. Puede que por culpa de tener un subidón en el primer sentido de la palabra, me dé el bajón en los siguientes en cuanto abro los ojos... Curioso ¿no? Pues sí. Os explico.

Cierro los ojos e imagino que somos como la lluvia del vídeo, cada una añadiendo su gotita para formar una tormenta con relámpagos y todo... imagino la de cosas interesantes que podemos hacer juntas, y un blog participativo, que no sea sólo un libro de actas, que aparecen como setas juegos ingeniosos, regalos divertidos, palabras desconocidas, recomendaciones de libros, mujeres con arte... Pero luego abro los ojos y sólo veo dos o tres nombres verdaderamente implicados en que así sea, y mi ilusión se va desinflando, y a pesar de que la ironía viva y picante de esas dos o tres me llene de ilusión y de viva complacencia, me pongo a pensar que quizás sólo seamos unas pocas las que esperamos de que este cumplimiento sea especialmente atractivo. Buff... entonces, si cierro los ojos, oigo como las gotas poco a poco se van calmando, porque se nos cansan las manos de frotarlas para hacer la lluvia, y veo que somos pocas para que se oiga el relámpago. Quizás sólo podamos imitar que está chispeando. Y al abrir los ojos se me quitan las ganas de hacer ruiditos. No sé si a mis compañeras de tormenta les pasará lo mismo, pero intuyo que sí. A lo mejor estamos haciendo el tonto y a nadie le gustan los relámpagos. No sé.

Me he dado cuenta que la palabra ILUSIÓN puede ser femenina pero no es singular, sino plural, y para que alguien tenga ilusión otras tienen que ilusionar, porque se desinfla muy fácilmente.


En fin... son las cosas que tiene la lluvia. Que salen goterones.

11 comentarios:

Maria-Norte dijo...

Poema Las Ilusiones de Juan Ramon Jimenez



?No era nadie. El agua.
?¿Nadie?
¿Que no es nadie el agua?
?No
hay nadie. Es la flor.
?¿No hay nadie?
Pero ¿no es nadie la flor?

No es nadie. Era el viento.
?¿Nadie?
¿No es el viento nadie?
?No
hay nadie. Ilusión.
?¿No hay nadie?
¿Y no es nadie la ilusión?

Cristina dijo...

¡Anda que no he echado de menos tus goterones!

Pilar dijo...

El chirimiri alimenta mejor los campos que las tormentas.

Los chaparrones asustan, impactan, regocijan pero son inconstantes, impulsivos, impacientes.

Las tormentas... las tormentas siempre son pasajeras y, siempre, siempre, dejan paso al sol.

¿Y el chirimiri? El chirimiri es generoso, no excluyente, rico, constante. ¡¡Qué palabra tan bonita!! Chi-ri-mi-ri

Cristina dijo...

po a mí el chirimiri siempre me ha parecido una chorrada, qué quieres que te diga... ¡ni chicha ni limoná! ¡ni te mojas ni te dejas de mojar! (creo que le llaman calabobos por el norte ¿no?) ¡donde se ponga una buena tormenta con sus rayos y sus truenos!!

ILUSA ILUSIONADA dijo...

¡Cuestión de vida o muerte!

¡Vivir!
Y engañar a los sentidos. E imaginar...hasta...¿lo inimaginable?
Y esperar siempre, siempre lo especialmente atractivo. Y complacerse vivamente, vi-va-men-te con alguien o algo.
Y por qué no, también burlarse. Burlarse hasta de uno mísmo cuando descubre algunos “moratones”

¡O morir viviendo! ¡O vivir muriendo!

Lluvia "ácida" dijo...

Yo creo que el chirimiri chirimiri , el verdadero chirimiri, ¡ese sí que cala!...claro que a veces lo confundimos con tres gotas y media que nos caen de vez en cuando...

chirimiri chimigungui dijo...

pues yo creo que hay que mojarse, con chirimiri o con un gintonic, y ya lo dice el refrán: el que quiera coger peces que se moje el cu...

Julio Cortázar dijo...

Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

Julio Cortázar
Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj, de Historias de cronopios y de famas


¡¡¡¡¿QUIÉN NARICES ME REGALARÍA A MÍ ESTE RE-BLOG???!!!!

Maria-Norte dijo...

Según mi punto de vista, hay quien se asusta con las tormentas y quien ve en la tempestad un espectáculo impresionante.
Unas tienen miedo, mucho miedo a la sequía y otras a las inundaciones.
Hay quien con el chirimiri ó el orballo como se dice en Galicia, se mojan enteras y otras apenas si lo notan.
Pero creo que es innegable que un grupo de gente que yo me sé, miramos hacia el cielo para ver si llueve con muchísima ilusión y no importa si son cuatro gotas o una lluvia torrencial, con todo crecemos, echamos flores y raíces y nos hacemos más grandes.
Y como dice el refrán " Nunca llueve a gusto de todos" pero respetamos el parecer de todas y cada una de nosotras.

Pilar dijo...

Amén. Amén.Amén

Cristina dijo...

Amén, amén, pero aquí o lluevo yo o no llueve nadie... guardaré mi paraguas.