El SILENCIO era pesado y denso, casi se cortaba con cuchillo y tenedor. A siete días de la cena, Renata seguía DESAPARECIDA. No se le veía el PELO. Ni una palabra, ni una letra. Todas se preguntaban por su paradero ¿Estaría buscando con uñas y DIENTES huellas de dinosaurios por la rioja alavesa? ¿o quizás recorría alguna DEHESA con su grupo de senderismo, contenta y feliz? ¿estaría perdida con su rulote por el desierto saharaui?
¡¡¡SILENCIO!!! Silencio, por favor. Silencio, que Renata está pensando. ¿Pasta al DIENTE? No. Pobre. ¿PELO de escarpia a la vinagreta? ¿Quizás alcachofas a la DEHESA con piri-piri refozado? No. Demasiado fuerte para una cena. ¿Pescado de DEHESA salmantina a la plancha servido con aguacate albaceteño? Pensando. Renata está pensando. Pensando cómo agradarnos la noche del 15. ¡¡¡¡¡De Septiembre, Renata, de Septiembre!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡DE 2009, Renata!!!!!! DE 2009
Ya, ya me hubiera a mí gustado DESAPARECER y que no me viera más el PELO. Él.
Y por mucho que anduve por caminos y senderos, DEHESAS y montañas queriéndome perder...al llegar la noche siempre, siempre me encontraba con él. Él. Ese SILENCIO. El que hinca el DIENTE y te deja herida de muerte.
Hola, hola, holaaaaa..... me encanta el SILENCIOOOO, la DESAPARECIDA aparece en escena, con mi PELO de punta y rubio cada vez mas no se donde voy a llegar, bueno a la pelu el viernes. Es verdad que me gusta teneros intrigadas pero después de recorrer las DEHESAS por medio mundo tengo que comunicaros que como sigo sin saber hacer una entrada decente os llegará por correo la cita para el próximo dia 15, no me olvido pero hincaremos el DIENTE no preocuparos (si algun alma caritativa me quiere recordar donde está la chuleta de lo de la entrada se lo agradecería). Muchos besos para todas y estoy abierta a vuestras sugerencias, chao.
No puedo guardar SILENCIO. Reconozco que me he tirado un rato de los PELOS y me han chirriado los DIENTES, pero una vez recobrada la calma, ya le he contestado a la DESAPARECIDA con una entrada nueva.
Así que Isabel, déjate de DEHESAS, suelta la mochila, y ¡ponte a estudiar, que tenemos que confirmar!
Había una vez un cerdo muy SILENCIOSO y solitario. Todos los demás cerditos de la DEHESA se lo pasaban requetebien. Oiiiiinj, oiiiiiinj, decían, enseñando los DIENTES con una sonrisa. Y chapoteaban en todas las charcas que encontraban a su paso, a pesar de que se les manchara el PELO de barro. Oiiiiinj, oiiiiiinj...
Un día el cerdo solitario DESAPARECIÓ. Pero los demás ni se dieron cuenta.
Al cruzar lloroso y cabizbajo por la DEHESA vecina otro cerdito le increpó y enseñándole uñas y DIENTES le gritó: ¿Para qué tanto SILENCIO si no sabes escuchar? ¿Cómo pretendes que echen cuenta de tu DESAPARICIÓN? Anda, vuelve, ¿no ves que sus chapoteos son de celebración? Cada vez que uno aparece, aunque se les enguarre el PELO, se pegan el revolcón.
DE-HESA no me fio un PELO, -dijo el cerdito burlón-, mejor me quedo en SILENCIO y DESAPAREZCO veloz, que si no me clava el DIENTE convertido en un jamón.
¡Ni loco! revolcaros en el charco vosotras, deseo guardar SILENCIO. DESAPAREZCO. Me voy a otra DEHESA, he conocido a una cerdita de Gijuelo PELOtuda, soy su pretenDIENTE. Os dejo.
10 comentarios:
El SILENCIO era pesado y denso, casi se cortaba con cuchillo y tenedor. A siete días de la cena, Renata seguía DESAPARECIDA. No se le veía el PELO. Ni una palabra, ni una letra. Todas se preguntaban por su paradero ¿Estaría buscando con uñas y DIENTES huellas de dinosaurios por la rioja alavesa? ¿o quizás recorría alguna DEHESA con su grupo de senderismo, contenta y feliz? ¿estaría perdida con su rulote por el desierto saharaui?
Misterio. Todo un misterio.
¡¡¡SILENCIO!!! Silencio, por favor. Silencio, que Renata está pensando. ¿Pasta al DIENTE? No. Pobre. ¿PELO de escarpia a la vinagreta? ¿Quizás alcachofas a la DEHESA con piri-piri refozado? No. Demasiado fuerte para una cena. ¿Pescado de DEHESA salmantina a la plancha servido con aguacate albaceteño?
Pensando. Renata está pensando. Pensando cómo agradarnos la noche del 15. ¡¡¡¡¡De Septiembre, Renata, de Septiembre!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡DE 2009, Renata!!!!!! DE 2009
Ya, ya me hubiera a mí gustado DESAPARECER y que no me viera más el PELO. Él.
Y por mucho que anduve por caminos y senderos, DEHESAS y montañas queriéndome perder...al llegar la noche siempre, siempre me encontraba con él.
Él. Ese SILENCIO. El que hinca el DIENTE y te deja herida de muerte.
Hola, hola, holaaaaa..... me encanta el SILENCIOOOO, la DESAPARECIDA aparece en escena, con mi PELO de punta y rubio cada vez mas no se donde voy a llegar, bueno a la pelu el viernes. Es verdad que me gusta teneros intrigadas pero después de recorrer las DEHESAS por medio mundo tengo que comunicaros que como sigo sin saber hacer una entrada decente os llegará por correo la cita para el próximo dia 15, no me olvido pero hincaremos el DIENTE no preocuparos (si algun alma caritativa me quiere recordar donde está la chuleta de lo de la entrada se lo agradecería). Muchos besos para todas y estoy abierta a vuestras sugerencias, chao.
No puedo guardar SILENCIO. Reconozco que me he tirado un rato de los PELOS y me han chirriado los DIENTES, pero una vez recobrada la calma, ya le he contestado a la DESAPARECIDA con una entrada nueva.
Así que Isabel, déjate de DEHESAS, suelta la mochila, y ¡ponte a estudiar, que tenemos que confirmar!
Había una vez un cerdo muy SILENCIOSO y solitario. Todos los demás cerditos de la DEHESA se lo pasaban requetebien. Oiiiiinj, oiiiiiinj, decían, enseñando los DIENTES con una sonrisa. Y chapoteaban en todas las charcas que encontraban a su paso, a pesar de que se les manchara el PELO de barro. Oiiiiinj, oiiiiiinj...
Un día el cerdo solitario DESAPARECIÓ. Pero los demás ni se dieron cuenta.
Al cruzar lloroso y cabizbajo por la DEHESA vecina otro cerdito le increpó y enseñándole uñas y DIENTES le gritó: ¿Para qué tanto SILENCIO si no sabes escuchar? ¿Cómo pretendes que echen cuenta de tu DESAPARICIÓN?
Anda, vuelve, ¿no ves que sus chapoteos son de celebración? Cada vez que uno aparece, aunque se les enguarre el PELO, se pegan el revolcón.
DE-HESA no me fio un PELO,
-dijo el cerdito burlón-,
mejor me quedo en SILENCIO
y DESAPAREZCO veloz,
que si no me clava el DIENTE
convertido en un jamón.
Cobarde burlón, no DESAPAREZCAS tan veloz
Sé obeDIENTE y abandona este SILENCIO tan atroz
Anda, dame la sorpresa
Y ¡tirate PELO en pecho a la DEHESA!
¡Ni loco! revolcaros en el charco vosotras, deseo guardar SILENCIO. DESAPAREZCO. Me voy a otra DEHESA, he conocido a una cerdita de Gijuelo PELOtuda, soy su pretenDIENTE. Os dejo.
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