lunes, 9 de julio de 2012

Deshojando nuestra Margarita

Nuestra Margarita no es ninguna de la docena de especies que alegran los ojos de cienes y cienes de macetas del mundo mundial, jarrones hambrientos de color ni jardines enemigos del ocio.

Tampoco se trata de una pizza, ni de una isla venezolana. Nooo.

Nuestra Margarita no responde al nombre de ninguna ciudad de Argentina, Italia o Colombia y, sí mire usted por dónde, más de un día y de dos, no le importaría ser un coctel. ¡Qué le vamos a hacer! La perfección no deja de ser  un pasatiempo triste y aburrido, y el susodicho brebaje aleja la sed y acerca burbujillas; aunque, puestos a elegir, nuestra Margarita es más aficionada a los gin-tonic adornados de eneldo que Dios proteja por los siglos de los siglos.

Y no vayan a pensar que es un asteroide. Noooooooooooo. Nuestra Margarita es taaaaan cercana que jamás de los jamases podría ser un ¿aste qué?

Oriunda del norte, no florece desde la primavera hasta el otoño porque nuestra Margarita, simple y llanamente, está siempre en flor. Aunque puede vivir en áreas de sombra, necesita mucha agua y la luz del sol, motivo por el cual la chiquilla emigró de-la-tierra-de-los-paños-de-Frechilla-y-los-pardos-de-Asturdillo-elaborados-con-la-misma-lana-al-natural-que-las-archimegaconocidas-mantas-que-ya-no-se-fabrican-allí-sino-en-la-Maragatería-leonesa-válgame-Dios-lo-que-cambian-los-tiempos-quien-te-ha-visto-y-quién-te-ve-Palencia-de-mis-nostalgias al sur del sur para regusto nuestro.

Nuestra Margarita está a aaaaaaaños luz  de ser una margarita común aunque a veces haga chirivitas. Y es que, nuestra Margarita es una especie única, perenne, de tallo alto, pétalos alargados y blancos en torno a un botón que va del pálido al sonrosado dependiendo del calibre del kit que la acompañe en este valle de lágrimas que ella alivia con el susodicho embalage.

Si la queremos mantener bellis perennis, se recomienda invitarla a un crucero por el Mediterráneo, isla arriba isla abajo, de donde volverá alegre y dicharachera, tersa y lozana como una margarita en flor.

Desde la medicina natural, se le atribuyen propiedades digestivas que la llevan a eliminar parásitos intestinales camuflados de personajes de novela, permite depurar el hígado y el riñón compartiendo el susodicho kit que celosamente traslada consigo, y es diurética y laxante con su sola presencia a más no poder.


Calma sin necesidad de ponerla en infusión, y no precisa edulcorarla para saborearla en profundidad; asimismo, aliñada con un buen libro, diente de león e hinojo, se convierte en una ensalada-compañía humana inmejorable, crujiente, fresca y sabrosa.


Y un sí rotundo, nuestra Margarita posee un carácter poético-práctico que la lleva a crear una miscelánea de Ikea y art decó con hambre de restauración y en un pis pas a nada que haya una herencia jerezana de por medio.


¿Simboliza nuestra Margarita  la pureza, al igual que esas florecillas que viven en el campo, en macetas, jardines, floristerías y demás entornos? Pues ni puñetera idea. Esperemos encarecidamente que no. Alegremosnos de su bondad.

Me quiere, no me quiere. Me quiere, no me quiere… Me… Perdonen: ¿había dicho ya que es muy generosa? Pues eso.


P.D.
Si bien se recomienda regar nuestra Margarita después de sembrarla en tu vida, conviene no excederse para no anegarla, líbrennos los dioses del firmamento de tal desastre, amén.

6 comentarios:

pilar-deshojadora dijo...

Gracias por el almuerzo

Maria-Norte dijo...

Yo tengo la gran suerte, que en ese "me quiere, no me quiere", siempre, siempre, siempre, me sale que me quiere.

Cristina dijo...

¡qué boniiiiitooooo! ¡nuestra margarita va a necesitar un brebaje de esos que tan celosamente prepara con todos sus perejiles, porque cuando lo lea, nuestra margarita se deshidrata en llanto seguro! verdaderamente ha sido una suerte que cambiara las mantas zamoranas (perdón, palentinas) por los calores hispalenses ¡y lo digo yo, que abuso de ella telaaaaa!

Marga dijo...

Vuestra margarita se ha quedado mudita de la emoción. Cómo me gusta que me deshojéis, que me miméis, que me estrujéis. Y sobre todo, cómo me gusta compartir terruño con vosotras.
Gracias!!!

pilar-uf-qué-susto dijo...

Margui, mejor que te hayas quedado muda que el llanto de emoción que predijo la Cristi. Ya estaba yo temerosa que te fueras a anegar tu solita. Lo único que me faltaba, que me hicieras sentir culpable; snif, snif.

Angela dijo...

Yo, como siempre, tardía, pero quiero darte las gracias como la primera...gracias por la maravillosa comida, por tu calor, por tu alegría, por tu amistad, por tu sonrisa, por tu carcanía...gracias, gracias.....