domingo, 19 de junio de 2011

¿Quién quiere ser correctora en una hora?


Estoy leyendo el texto que os mandé del Coronel Chabert. Con las prisas no lo revisé antes de maquetarlo, y ahora que he empezado a leerlo me he dado cuenta que tiene tantas erratas que tengo mis papeles llenos de marcas. 




Me he imaginado que los vuestros estarán tan llenos de anotaciones como los míos, con lo tiquismiquis que sois... Y me da coraje haberlo enviado así.

Pero como hay que ser optimista en esta vida, he pensado que después de todo no os va a venir mal, ahora que celebramos nuestro cuarto cumpleaños literario, aprender otra de las facetas que tiene la edición de libros: el maravilloso mundo de la CORRECCIÓN DE ESTILO.


En estos años hemos aprendido mucho de los libros. Gracias a nuestras lecturas diseccionamos las páginas que van cayendo en nuestras manos. Hemos discutido sobre traducciones y sobre traductores (hasta con los propios traductores ¡menuda cruz somos! ¿eh, Lacruz?). Alguno de nuestro invitados de lujo nos explicó cómo nació el libro en su cabeza, y fue creciendo mientras lo escribían, cómo consiguieron publicarlos y hasta nos explicaron los intríngulis de los premios literarios, ya que han pasado por nuestra mesa unos invitados muy premiados: Diego Carrasco fue finalista del premio Herralde con su novela "El tesoro japonés" y nuestra querida Eva Díaz Pérez, también fue finalista del Nadal con "El club de la Memoria". En Córdoba, de la mano de Pimentel, vimos con nuestros propios ojos cómo era el proceso de selección de obras, edición, impresión, encuadernación y distribución (y hasta de defunción, con su cementerio de libros olvidados). O sea, que hemos visto el proceso de un libro desde su cuna hasta su tumba... 


perooooooooooo…
¡nos faltaba éste paso intermedio!

Yo os lo explico, que en esto tengo práctica. Después de que el escritor tenga terminado el libro, y una editorial decida sacarlo a la venta, hay una persona que lo maqueta (en este caso he sido yo la malévola maquetadora de Balzac). Mientras lo haces, no te da tiempo a leerlo por muchas ganas que tengas, vas pasando la vista por encima de las palabras, porque tienes muchas otras cosas en las que fijarte. Hay que decidir cómo quieres que sea su diseño: los márgenes, la tipografía que vas a usar, dónde vas a colocar la numeración, cuántas páginas tiene definitivamente (siempre tienen que ser múltiplo de 4), la portada… en fin, muchos detallitos que van a hacer que un libro sea más o menos atractivo al lector (antes de leerlo, claro).


Una vez que está terminado, imprimes “las galeradas” (primeras pruebas que se sacan en papel para revisarlas, ya con el diseño de maquetación que tendrá el libro definitivo) y se entregan al corrector/a, que es quien de verdad las lee con detenimiento, y va anotando en los márgenes una serie de simbolitos que señalan las erratas que va encontrando a su paso. A simple vista parecen dibujitos japoneses, pero es un código entre el corrector y el maquetador. Ellos se entienden, y eso es lo que vale (una imagen vale más que mil palabras, como sabéis). Hay más simbolitos, pero con éstos ya podéis empezar.


Os propongo un juego cumpleañero:
¿Queréis jugar a ser correctoras?


Como resulta que lo que os he entregado son unas galeradas bien fulleras que tengo sobre mi conciencia (¡seguro que me lo reprocháis más de una vez en la cena!), y como es cortito, os pongo a continuación un "diccionario" con los simbolitos más habituales que se usan en la corrección. 




Y AQUÍ VIENE EL JUEGO:
LA QUE EN LA CENA DEL MARTES ME HAGA ENTREGA DE SUS GALERADAS CORREGIDAS SEGÚN ESTE CÓDIGO, SERÁ AGRACIADA EN EL MES DE JULIO CON UN EJEMPLAR MAQUETADO COMO GUTTEMBERG MANDA, CON UNA BELLA Y ORIGINAL ENCUADERNACIÓN MADE IN LA CRISTI, PARA QUE LA CONSERVE EN SU BIBLIOTECA PARTICULAR COMO REGALO DE BIRTHDAY ATRASADO.

7 comentarios:

Marga dijo...

¿Si quiero premio me lo tengo que leer otra vez? ¡Con lo buena que había sido pasando por alto los fallos...! Vale, vale, lo intentaré, me ha encantado este lenguaje que nos has descubierto.

Cristina dijo...

¿es que no entiendes las bases del concurso, mi mademoiselle? Pues son bien claras hasta para una palentina fina fina filipina:
ME TIENES QUE ENTREGAR TU GALERADA CORREGIDA SEGÚN LOS SIMBOLITOS DEL LIAN-CHAM-PO

Ya, si te lo tienes que leer otra vez o no es una cuestión intrínseca tuya contigo misma. Si fueras procastrinadora como yo,que lo he dejado para el final...

una cuatrocumpleañera dijo...

esto del lianchampó es más dificil de lo que yo creía, pero divertido, y aunque creo tener la más bella y original encuadernación que pueda desearse jugaré como corresponde a mi edad y a mi espiritu.

Maria-Norte dijo...

Muchas Felicidaes para todas. Yo este año he suspendido, pero prometo volver en Septiembre para recuperar.
Un abrazo enorme para todas

pilar dijo...

María, ayer estaba pensando en ti. Y también un día de la semana pasada y varios de las semanas anteriores.
Espero DE VERDAD verte en septiembre entre nosotras con una sonrisa en los labios y una cicatriz de la vida que sea un motor siempre en marcha. Un besito fuerte.

Cristina dijo...

María, te vamos a echar mucho de menos en la cena. Bueno, no debería hablar en futuro... ¡TE ECHAMOS MUCHO DE MENOS!

Ten en cuenta que te tenemos preparado el examen de repesca (del temario del siglo de oro... lo digo para que te vayas haciendo la chuleta). Te estamos dejando tranquilita, pero en cuanto nos des el pistoletazo de salida nos ponemos en marcha velazquiana. Tenemos una ruta pendiente. Besos besos y besos.

Marga dijo...

¡De suspender nada! ¡¡¡Has sacado sobresaliente summa cum laude!!! Y en septiembre lo vamos a celebrar ad libitum cum lu que ya sabemos.