¿Es más importante mantener un sueldo o la dignidad? Lo ideal sería que fueran dos términos indisolubles: trabajo digno... ¿no está en la constitución? Pero a veces la realidad es otra, Steinbeck nos ha enseñado mucho sobre eso en el libro de este mes, y mantenemos nuestro sueldo a costa de perder la dignidad. Hay jefes que imponen su poder a base de “esto lo haces porque lo digo yo”, “o tragas o te vas”... no siempre encontramos fuerzas para decir: ¡ahí te quedas!... entonces van madurando las uvas de la ira sin que nos demos cuenta, y agachamos la cabeza una y otra vez para seguir cobrando un sueldo. En julio una amiga me contó que lo había hecho. Y la admiré. Admiré que supiera mantener la cabeza alta y la dignidad a salvo, a pesar de la crisis y de los miedos que conlleva quedarse en paro. Estoy segura que nacerá de sus cenizas, si no lo ha hecho ya en el mes que hace que no la veo. Yo, que sigo con la cabeza gacha, quisiera ser tan valiente como ella.
Unos días antes de que me lo contara, yo había estado en Lisboa en mi periplo de lectora errante. Visité un Centro de Arte muy interesante, el Museo de la Colección Berardo, un imponente edificio cuya solidez contrasta con la fachada de encaje del Monasterio de los Jerónimos. Allí se exponen obras de arte contemporáneo de este curioso coleccionista portugués que lo mismo coleccionaba cerillas que cuadros de Picasso.
Dos grandes pancartas flanqueaban la entrada. Me llamaron la atención porque su texto contrastaba con una escultura de estética soviética que las flanqueaba ¿a las barricadas por la felicidad?... Le hice una foto y luego supe porqué. Eran para ella, una mujer rebelde, y espero que feliz, a la que no hay dios, ni patrón, ni marido que puedan doblegar. Ella podría utilizar esta lema como escudo heráldico. Le debía esta foto, pero me fui sin el cablecito necesario para hacerlo. Ya lo tengo y me pongo a ello sin saber cómo habrá pasado ella su verano de parada.
"Ni Dios, ni patrón, ni marido"
"Mulheres rebeldes e felices"
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Y aprovecho para contaros que había una exposición temporal que nos viene que ni pintada (valga la redundancia): "Algunas obra para leer". O cómo hacer arte con palabras.
La explicación que dan en el museo sobre la exposición es: La lengua inglesa dispone de la expresión "I read a painting". Las lenguas latinas están más condicionadas por la separación entre ver o leer. Según Isidoro Isou, fundador del Letrismo "el letrismo es el arte que acepta la materia de las letras reducidas y hechas simplemente ellas propias, y que las ultrapasa para moldear, en un bloque, obras coherentes". De hecho, partiendo de Isou, el visitante de la exposición "Algunas obras para leer" se ve confrontado con una vasta "biblioteca", una extraordinaria colección reunida por las manos de Eric Fabre, que rehuye la separación de las artes en géneros distintos.
A lo largo de varias salas el arte juega con la literatura y la palabra: las letras, los elementos del habla, las tipografías y los símbolos visuales son tratados de forma artística. Algunas de las obras son de un colectivo llamado "Art & Language".
Sobre grandes lienzos negros leemos palabras como sacadas de un diccionario, son obras de Joseph Kosuth, donde el autor juega con significados irónicos de la palabra a gran escala, sacándola de su contexto. La palabra elegida para el folleto explicativo es "present", y entre sus acepciones leemos: "present oneself at a friends house", o "present a cheque at the bank"... cada una que elija su preferida. Cuadros ideales para las que necesitamos gafas para curiosear entre las páginas de un diccionario (entre las que lamentablemente me encuentro ¡¡¡Ayyyy qué penaaaa!!!).
Los monosignos de Isidoro Isou son lienzos repletos de pictogramas con los que hay que leer una frase. Algo así como los jeroglíficos egipcios en su versión moderna. Como las frases estaban en inglés y entre mis habilidades no está el bilingüismo, me limité a disfrutar sus dibujos (no había solucionario ¡ooooooooh!) a ver si una de nuestras bilingües lectoras juguetonas de hoy libro consiguen descifrar el enigma.
Entramos en una pequeña habitación, un simple cubo blanco, un remanso de paz con dos sillas enfrentadas. Sobre una de ellas yacen amontonados unos papeles con un manifiesto. Uno lee, otro escucha palabras que revolucionaron el arte... ¿Arte compartido o lectura enfrentada?
Todo un recorrido por una gran variedad de pinturas relacionadas con la palabra. Cuadros para ser leídos o letras para ser pintadas: "Las pinturas descritas" de Gil Joseph Wolman, "Los monosignos" de Isou...
Otros cuadros estaban divididos, en la mitad izquierda un rostro, y en la derecha un texto dedicado a un pintor: "Érase una vez que, lejos de ciudades y pueblos, vivían dos pintores. Un día el rey, cazando cerca de allí, perdió su perro. Lo encontró en el jardín de uno de los dos pintores. Vió el trabajo de aquel pintor y se lo llevó al castillo. El nombre del pintor era Leonardo da Vinci. El otro desapareció para siempre de la historia humana"
En una gran sala varios cuadros nos guiaban por la historia de la literatura en paralelo a la del arte... ¿os imagináis cómo lo disfruté? Los ríos y los afluentes de las dos artes con las que más disfruto.
Un gozo para los sentidos. Me gusta eso de "read a painting"... ¿por qué no traerán esta exposición a Sevilla? ¡Lo que la íbamos a disfrutar las mujeres rebeldes y felices!
Un gozo para los sentidos. Me gusta eso de "read a painting"... ¿por qué no traerán esta exposición a Sevilla? ¡Lo que la íbamos a disfrutar las mujeres rebeldes y felices!
7 comentarios:
Leer arte...pintar una canción...escribir un cuadro...¡sentir un blog! Gracias.
Con tu “Read a painting” has conseguido “paint this reading” y llenar de colores las palabras que he leido.
¡Qué más arte que hacer feliz a alguien con unas palabras o con un recuerdo! Gracias Cristina. Sí, estoy feliz.
Feliz de tener amigas como tú.
¿La rebeldia conlleva felicidad?
¿Y la sumisión? ¿La sumisión es compañera de la infelicidad?
¿Qué significa ser rebelde?
¿Y sumisa?
¿Y la felicidad? ¿Qué es la felicidad?
Gracias por llevarnos de exposición contigo, Cristi.
Pilar. (por si sale de nuevo "Anónimo")
(en la pág.509, hablando de las revoluciones)
- No se hacen por diversión. Se hacen porque se siente la necesidad de hacerlas. Porque está en uno...Hay que hacer lo que se pueda...en toda ocasión hay un
paso hacia delante; se puede retroceder un poquito, pero nunca del todo...y eso basta para que se siga intentando. Y eso significa que no hay nada perdido, aunque en un momento pareció que sí lo hubiese.
cuando la sumisión es elegida no tienes por que sentirte infeliz, pero si conlleva humillación es una pesada carga que sólo se soluciona con la rebelión (o con la resistencia para ver si tu jefe se larga a tomar viento fresco). Pero para ser rebelde hay que ser valiente.
Y tú me preguntas clavando en mi pupila tu pupila azul: ¿Qué es la felicidad? en este caso, la felicidad laboral para mí es sentir que tu trabajo te llena, que estás haciendo las cosas lo que mejor que sabes, que te sientes valorada y que te gusta el trabajo que estás desempeñando y cómo lo estás desempeñando.
Cuando yo llegue a vieja
-si es que llego-
y me mire al espejo
y me cuente las arrugas
como una delicada orografía
de distendida piel.
Cuando pueda contar las marcas
que han dejado las lágrimas
y las preocupaciones,
y ya mi cuerpo responda despacio
a mis deseos,
cuando vea mi vida envuelta
en venas azules,
en profundas ojeras,
y suelte blanca mi cabellera
para dormirme temprano
-como corresponde-
cuando vengan mis nietos
a sentarse sobre mis rodillas
enmohecidas por el paso de muchos inviernos,
sé que todavía mi corazón
estará -rebelde- tictaqueando
y las dudas y los anchos horizontes
también saludarán
mis mañanas.
La función última del hombre, clara y definitiva: músculos que buscan trabajar, mentes que pugnan por crear algo más allá de la mera necesidad: esto es el hombre. (...) Porque el hombre, a diferencia de cualquier otro ser orgánico o inorgánico del universo, crece más allá de su trabajo, sube los peldaños de sus conceptos, emerge por encima de sus logros. Se puede decir que cuando las teorías cambian, se desmoronan, cuando las escuelas y las filosofías, cuando oscuros callejones estrechos de pensamiento, nacional, religioso, económico, crecen y se desintegran, el hombre extiende una mano, avanza tambaleante, penosamente, a veces en dirección equivocada. Habiendo dado un paso adelante, puede resbalar, pero sólo medio paso, nunca dará el paso entero hacia detrás. Esto se puede decir del hombre y se sabe.
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