"El arte no es un concepto ni una idea, es una experiencia. No hay nada que entender, hay que sentir." (Fernando de Szyszlo)
Me alejé ayer de la ciudad y los perros y entré en Ikea como pez en el agua acompañada de la tía Julia y el escribidor. Me paré a ojear unos cuadernos que me recordaron a los de don Rigoberto. “¡El paraíso en la otra esquina!”, me gritaron Pantaleón y las visitadoras, que por un día se habían alejado de los jefes y corrían de acá para allá emulando las travesuras de un niña mala. Aquello parecía la guerra del fin del mundo. Rodeada de hemnes, ektorp y vanstrum me acordé de Szyszlo: ¡vaya nombre raro, más que una casa verde! Y claro, pensando en Szyszlo, se me vino a la cabeza el cuadro del citado autor que aparece en el libro de su gran amigo Vargas Llosa. Me pregunté por qué yo había tardado tanto en ver el erotismo que emana de esta obra, con lo claro que está. Tan claro que hasta un angelical e inocente niño de 10 años puede captarlo. ¿Cómo no fui capaz de mirar con lujuria a través de esas oquedades prohibidas y de esas tres ventanas indiscretas; de ver que alguien más miraba desde fuera, desde dentro, desde arriba, y que gozaba al mirar y miraba al gozar? ¿Por qué no percibí de inmediato el olor del semen, de la sangre, de los jugos una y otra vez mezclados? ¿Qué me impidió oír los jadeos que escapaban de la tela? ¿Por qué no me percaté de que éste es el único cuadro con el que Lucrecia se permite tomar las riendas y llevar a esa alcoba gozosa la imaginación, la historia, la sensualidad, y de que entra en esta fantasía de la mano de Fonchito, introduciéndole en un laberinto en el que sólo debían haber entrado dos amantes, ya que el lúbrico triángulo era el presagio de una catástrofe?
Tuve que pararme detenidamente ante el cuadro para ver y sentir todo esto, pero no me resultó fácil localizarlo. Camino a Mendieta 10. Encontraba otros caminos con el mismo destino: Vargas y Szyszlo lo recorrieron juntos muchas veces. Pero ninguno era el 10. Me entretuve en una entrevista realizada a la mujer de Vargas Llosa... ¡y por fin di con él! Allí estaba, agazapado detrás de Patricia, colgando de la pared del salón de su casa de Barranco.
Fernando de Szyszlo Valdelomar (Lima, 1925) es un artista plástico de renombre, conocido principalmente por su trabajo en pintura y escultura. Es uno de los más destacados artistas de vanguardia del Perú y una figura clave en el desarrollo del arte abstracto en América Latina. Actualmente tiene 86 años.
De Szyszlo está comprometido con la promoción de las ideas liberales en su país, lo que se concretó en la formación del Movimiento Libertad, que fundó junto a su amigo Mario Vargas Llosa. Estuvo casado con la poetisa peruana Blanca Varela.
Os dejo algunos cuadros que también llevan por título "Camino a Mendieta", tan impúdicos como el que hemos visto en "Elogio de la madrastra" (espero que no nos cierren el blog por contenido inapropiado).
Y un vídeo donde Fernando nos explica su obra:
3 comentarios:
¡Hay caminos que dan gusto!
¡Y hay otros gustos que da el camino!, como el que da siempre encontraros a vosotras paseando por él.
¡qué inspiración te dan los suecos, pardiez! Y siguiendo tu camino te diré que el paraíso está en esta esquina, en la que me encuentro como pez en el agua. Sea niña mala o visitadora en mi casa verde.
¡¡Ay, qué susto!! ¿Diseño nuevo de blog, Cristi?
Marga, eso es lo que se llama trabajo de investigación y lo demás es cuento. Me ha relajado leerlo, enriquecido, hacerme pensar que en la vida las cosas no pasan por casualidad, que muy frecuentemente nada es lo que parece, que, quizás, nuestro querido escribidor suspiró más de una vez frente a ese cuadro... ¿Qué sé yo? Lo que sí sé es que tu entrada me ha hecho perderme en pensamientos un buen rato. Gracias, chati
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