Como ya ha servido usted de conejillo de indias para la nueva experimentación de la terapia de librorisoterapia, paso a explicarle las consideraciones efectuadas por el presente equipo médico para un óptimo tratamiento posterior.
Una vez efectuado un estudio pormenorizado de la sintomatología que le afectaba, consistente en abandono de la lectura por falta de concentración ante literatura en dosis altas de paginación y ausencia de risa en periodos determinados de su enfermedad por causas lógicas, me decidí por efectuar un tratamiento de librorisoterapia consistente en experimentar con usted un intento de lectura (en dosis mínimas) de “Doce cuentos desvergonzados” de Saki. Debo decirle que previamente fui asesorada por la Dra. Isabel, de la editorial Navona, experta en la dosificación exacta de todo tipo de terapias para pacientes crónicos en literaturopatías.
Ya que los resultados de la analítica efectuada tras el tratamiento han sido los deseados, y el único efecto secundario contemplado fue un amago de caída de camilla por un golpe inesperado de carcajada (debo confesar que asumí el riesgo ya que la paciente cuenta con un excelente personal médico especializado en prótesis de caderas... total, lo mismo hasta la indemnizaban y se ganaba unas perras) quisiera que ahondáramos en la composición de dicho medicamento para posteriores dosificaciones.
En primer lugar, debo aconsejarle que debe darse prisa en las tomas que le recetaré a continuación, ya que le queda un cuarto de hora para que su vida vuelva a ser similar al comienzo de su penoso proceso (¡anda que no pasa rápido un mes!), y no le va a dar tiempo disfrutarlos si no hacemos un tratamiento de choque intensivo de la medicación prescrita. En cuanto vuelva usted a la normalidad, las presentes (y las ausentes) no vamos a perdonarle ni uno de los títulos de lectura obligada en nuestras cenas (y por supuesto, tampoco le perdonaremos una inmersión continuada en dichas tertulias). Por dicho motivo, debe consumir las dosis con celeridad.
En segundo lugar, no se aprecian contraindicaciones por la ingesta de martinis, percebes ni ningún tipo de crustáceo propio del cantábrico durante el tratamiento.
En tercer lugar, la misma editorial dispone de otros títulos del mismo autor, que a juzgar por las apariencias, deben producir los mismos efectos secundarios (y primarios).
Paso a un análisis exhaustivo del vademecum librorisoterápico prescrito, aconsejándole un paseo por el catálogo de la Editorial Navona (pulse aquí) (ver, sobre todo la sección "Breves reencuentros") para la complementación vitamínica de otros “genéricos” disponibles a buen precio y mejor diseño, que posiblemente harán más grata una vuelta progresiva a su ritmo de lectura (y risa) habitual.
Pero los fármacos Sakináceos que le aconsejo son los siguientes (de dicho laboratorio):
Reginald
En los salones de la mejor sociedad británica Reginald brilla con luz propia: elegante y mordaz, frívolo e ingeniosísimo, nadie está a salvo de sus cáusticos comentarios y su afán por emitir opiniones acerca de cualquier cosa, ya sea una guerra colonial o la última moda en sombreros. Las divagatorias parrafadas del dandy –que evocan los epigramas wildeanos y están llenas de una irresistible comicidad- pueden versar sobre un paseo a caballo con una dama poco ducha en la equitación o una celebración navideña en casa de unos parientes cursis o la organización de una procesión bacanal con los jóvenes miembros de un coro religioso. Todo resulta un excelente pretexto para decir una frase brillante o poner en evidencia la rigidez adocenada de los buenos victorianos. Maestro del humor negro y ácido cronista de su tiempo, Saki (seudónimo de Hector Hugh Munro), dibuja en esta colección de relatos uno de sus personajes más divertidos e inolvidables, un petimetre entrenado en el arte de descubrir los aspectos más jocosos de una clase social obsesionada por las conveniencias y esclava del llamado “buen tono”
Reginald en Rusia
Un cazador compulsivo que acaba siendo secuestrado por bandidos curdos junto con su mujer y el amante de esta, un santo de piedra deseoso de hacer un milagro, el fantasma de un tacaño que persigue al amigo que le dejó dinero a deber o un hombre a quien condenan a muerte por asesinarse a sí mismo son algunos de los disparatados personajes que cruzan por las páginas de Reginald en Rusia. El elemento común a todos estos relatos es la comicidad –una comicidad que se tiñe frecuentemente con tintes macabro – y la capacidad para recrear las situaciones más divertidas y absurdas, sin olvidar ocasionales trazos de un desenfrenado lirismo.
Doce cuentos impertinentes
Un rey maquiavélico que descubre una fórmula para quitarse de encima a las sufragistas, un método práctico de enseñanza de historia un tanto particular, un sablista que encuentra la horma de su zapato, una socialista de clase alta que contrata a un especialista en tortillas bizantinas y una hiena menos amaestrada de lo esperado son algunos de los protagonistas de los cuentos impertinentes, mordaces, macabros, sutiles y desternillantes de Hector Hugh Munro, Saki, que se recogen en este volumen. El estilo ácido y punzante del autor, que admiraría e inspiraría a creadores como P. G. Wodehouse, Jorge Luis Borges, Graham Greene o Tom Sharpe, impregna estas páginas, en las que Saki nos ofrece una afilada disección de los convencionalismos de la sociedad eduardiana que le tocó vivir y cuyos delirios, desatinos y vicios supo destapar gracias a una lúcida e irónica inversión del orden natural de las cosas, en muchas ocasiones con toques mágicos o fantásticos.
«Al igual que Wilde y Wodehouse, Saki se movía como pez en el agua por los clubes y las casas de campo de la clase alta, cuyos disparates e hipocresías dejaba al descubierto con un ingenio afiladísimo —ha escrito sobre él Patrick McGrath—. Es un placer descubrir a un escritor con una concepción de la humanidad imbuida de un pesimismo tan sombrío como el de Swift, Céline, Bernhard o Kingsley Amis.
Y por si alguna paciente desea tomar de la misma medicina, aquí tiene la receta:
Doce cuentos desvergonzados
Evelyn Waugh decía de él que había escrito «seis o siete obras maestras» y Graham Greene afirmaba de sus cuentos: «Los disparates vienen y van sin parar, encandilan y deleitan», y lo cierto es que nadie ha sabido sacar a la luz con el ingenio, la frescura y la precisión de Saki las miserias y los excesos del género humano. Desde el caradura que humilla a su familia en Nochebuena hasta el sablista que se cree a punto de vender huevos cuadrados, pasando por los niños aviesos que retuercen las emociones ajenas o la terca Eva que se niega a comer del fruto prohibido, los personajes de estos doce relatos nos devuelven al Saki más agudo y descarado.
«La risa se combina con cierto salvajismo, el ingenio exquisito con el panteísmo, y el más absoluto desprecio por la moralidad con el idealismo, de modo que al acabar sus relatos tenemos la inquietante sensación de haber tomado parte en la exaltación de un instinto inteligente y descarnado.» Tom Sharpe
También he descubierto en mi microscopio que la editorial Alpha ha publicado sus cuentos completos.
De la misma manera, para ser agradecidas al creador de tan grata medicina, he querido que sepa algo más de él. Tras el nombre de Saki no se esconde un escritor japonés, como podría aparentar por su apariencia gramatical. Su nombre real es Hector Hugh Munro, nació en Akyab (Birmania) en 1870. No se sabe si adoptó ese seudónimo por el protagonista de los poemas "Rubáiyát" de Omar Khayyam o por un primate sudamericano de larga cola que tiene el mismo nombre, personaje central de su relato "The Remoulding of Groby Lington", que como el mismo escritor, oculta un trasfondo equívoco bajo una apariencia decente.
Su padre, Charles Augustus Munro, era inspector general de la policía birmana, cuando Birmania pertenecía aún al Imperio Británico. Su madre, de soltera Mary Frances Mercer, murió en 1872, corneada por una vaca. Este incidente pudo tener influencia en sus relatos. Su niñez se trastocaría al ser después trasladado a Inglaterra -por problemas de salud-, con unos parientes puritanos de personalidad severa e intransigente, la convivencia con ellos amargó para siempre su carácter.
Como no valía para policía colonial, se vio en la obligación de hacerse escritor, y comenzó escribiendo en periódicos poco antes de recibir el balazo de un francotirador en la ofensiva del Somme, durante la primera guerra mundial.
Se ganó una fama de misógino, antisemita y militarista. He leído por ahí que lo de misógino le viene porque opiniaba que las mujeres eran como sastres a los que se debe un traje, que te lo siguen reclamando incluso después de que lo has tirado.
Sus últimas palabras, de acuerdo con distintas fuentes, fueron: "Put that damned cigarette out!" (“¡Apagad ese maldito cigarrillo!”). Las pronunció el 13 de noviembre de 1916 desde la trinchera donde combatía como sargento de los Fusileros Reales, durante la Primera Guerra Mundial. Fue durante la batalla de Beaumont Hamel.
17 comentarios:
Sin duda, cambio de equipo médico, este me entiende mucho mejor, me da recetas sabrosas, ligeras y exquisitas, y paso a explicar los efectos secundarios, para seguir pautando esta receta magistral de relatos cortos y divertidos.
.1º Esta mañana segun me ponían mi sexta dosis, el personal sanitario, debió de creer que mi enfermedad estaba localizada en el cerebro, porque no creo que sea normal ver a pacientes con el suero puesto riendo a carcajadas ó sonriendo desde las 8 hasta las 13,30.
. 2º. Efectivamente hubo un amago de caida de camilla, que se solventó rapidamente sin necesidad de protesis ninguna.
. 3º. Mientras estuve con Saki no escuché ninguna de las penurias que se suelen escuchar en estos lugares.
. 4º. Creo que se me ha abierto una puerta con los relatos cortos, sean ó no divertidos.
. 6º. Considero que este tipo de medicación crea adicción,pero no me importa nada engancharme.
. 7º.Leyendo se me ha pasado el tiempo volando, no se me ha hecho nada larga la sesión.
. Por todo lo expuesto, recomiendo encarecidamente a todo el mundo una dosis diaria de esta medicación que a mi tanto me ha ayudado.
Ojalá todo el mundo tuviera las amigas que yo tengo y de las que tan orgullosa me siento
Bueno, en vista de lo cual, procederé a efectuar una búsqueda de lecturas afines a tu sintomatología (además de las prescritas), porque no sabes lo que me alegro de todos los puntos y comas que me has comentado.
Y ahora, procedo a prepararme para el levantamiento de isquiones, que me espera lady cucaracha y las demás pilateadoras.
¡Viva Sake! ¡Y los percebes! ¡Y la librorrisoterapia! ¡Y tres hurras por la blogmaster! ¡Hip, hip, hurra!
Querida Lady cucaracha:
el Sake es una bebida alcohólica japonesa preparada de una infusión hecha a partir del arroz, y conocida en Japón como nihonshu.
Y el Saki es este señor tan honorable llamado Mr. Hector Hugh Munro.
Una vez hecha la aclaración procedo a acompañarte en tu hip hip hurraaaaa
estimada doctora:
ya que mi principal síntoma es que soy una impertinente crónica, tengo ya sobre mi mesilla de noche "Doce cuentos impertinentes" para cuando me de un ataque... mi duda es: ¿Puedo combinarlos con los cuentos desvergonzados, o será una mezcla demasiado dura?
¡No sabes la ilusión que nos ha hecho tu mail en la editorial!
Somos conscientes de que trabajar con libros es mucho más que trabajar con cualquier cosa e intentamos siempre publicar historias que a nosotros nos han movido por dentro (ya sea para partirnos de la risa o para llorar como madalenas o para tenernos pensando durante meses…), pero si encima conseguimos que esos libros provoquen también buenas sensaciones a otras personas y les hagan pasar un buen rato, el placer se multiplica por mil.
Me alegra mucho que tu amiga, por nuestra culpa, haya pasado un buen rato en un ambiente tan poco favorable a pasar un buen rato. Saki es mucho Saki, sí señor!
¡Muchísimas gracias por contárnoslo! Yo creo que me voy a acordar de esta historia durante mucho tiempo.
Muchos abrazos a las dos.
Isabel
P.D. Este es el mensaje de correo que me ha mandado Isabel cuando le he contado lo de Saki, me ha dado permiso para ponerlo aquí.
María, haz bien el tratamiento sin saltarte ninguna toma para que cuanto antes te incorpores al sur.
Besos, besos.
En vista de los últimos acontecimientos, me apunto a la sakimanía (y a la sakemanía también).
Yo también me apunto y espero, María Norte, que antes de que la Sakimania invade estos lares, te reincorpores a nuestras cenas.
Un beso fuerte lleno de mucha fuerza invisible.
Muchas gracias Isabel, por tu ayuda.
Uno de los grandes miedos, que yo he tenido con todo este proceso, era no poder recuperar mi vida anterior, una vida que me gustaba y mucho, entre otras cosas, por el placer que me producía leer, placer que había perdido, porque no podía concentrarme, leía dos páginas, volvía para atrás, releía mil veces lo mismo, no me quedaba con nada, ni con la historia, ni con los pesonajes, cambiaba de libro, de estilo..y nada, ahora tenía tiempo y no lo podía utulizar haciendo una de las cosas que mas me gustaba. Gracias, a Cristina y a tí, me introduje en los cuentos y los relatos cortos, y ha sido un placer y siento una gran esperanza, porque sé, que volveré a ser yo, que seguiré disfrutando de la lectura, y es un paso de gigante, que me llena de esperanza para recuperar otras cosas que se estaban quedando en el camino con este proceso. Se que después de esto, poco a poco, podré leer los libros, propuestos en el Club y que desde Septiembre están en mi estanteria esperando.
Muchas gracias a todas, antes de que os deis cuenta, estaré de nuevo ahí, en nuestras cenas maravillosas.
No te preocupes Rocio, estoy recibiendo un tratamiento genial e intensivo.
Otra cosa buena, es mi vuelta al blog, me daba pena no poder comentar los libros recomendados al no haberlos leído, pero creo que esto es algo mas grande que un blog para lectoras.
Un beso enorme para todas desde el Norte.
María una alegría verte por aquí. Te echaba de menos. Me alegra que este tratamiento a base de amor, amistad, relatos cortos y mensajes llenos de energía te reconforten y hagan reir, sonreir... en fin, no se te ocurra dejarlo!!!!
un abrazo cariñoso desde tierras extremeñas, llenito de energía positiva.
El encuentro en Portugal está a la vuelta de la esquina y allí estaremos todas. besos
Estimada doctora:
¿es bueno pasar de sopetón de la librorisoterapia al lecturillanto emocionado? ¿se me subirán los poliglucolicéridos?
¿Son los poliglucolicéridos los que se me han subido al lacrimal? ¡Menos mal, creí que era algo más grave y estaba preocupadísima!
estimadas pacientes de lacrimal suelto:
los ploglucoricéridos no suelen afectar al lacrimal, pero en vista que es viernes y habéis perdido mucho líquido ocular, os aconsejo que lo supláis con un gintonic en su justa medida (solas o en compañía)
¡Claro que los ploglucoricéridos no se suben al lacrimal, eso lo sabe todo el mundo! ¡A mí los que me hacen llorar son los poliglucolicéridos! Pero sí, no me vendría mal un gintónic.
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