En primer lugar la invitada,
nuestra Ángeles, perdida y recuperada, nos alegramos todas de verla con tan
buen aspecto y tan guapa, Ángela, Cristina, Mª del Mar, Marga, Elena y
servidora.
Hora de la cita 21.30 h. Cuando llega la organizadora,
servidora, ya estaban algunas colegas saludando a nuestro anfitrión, sí, nuestro
anfitrión, porque el lugar no era un restaurante. Estamos en la Cooperativa
Tramallol, un lugar curioso, diferente. Nos recibe Santiago y nos cuenta con
todo detalle cómo funciona la cooperativa: un grupo de profesionales integrados
en el barrio donde desarrollan sus actividades profesionales interactuando con
el entorno, desde arquitectos a fabricantes de pasta y de pan del bueno.
También nos habla de Ángela Chaning, qué punto.
Empezamos hablando del libro por el final inesperado, y
para servidora... ¡joder!, ¿¡como es posible que me hubiera saltado el último
párrafo de la antepenúltima página!? Quizá fue cuando levanté la vista del
libro ante el peligroso acercamiento de mi niño a la ropa lavada y planchada
con la rebanada de nocilla en su manita, es posible que fuera ese momento
crítico de aquella tarde en el que sentí verdadero pavor (de tener que lavar de
nuevo la ropa que nunca se acaba), y desconcentración. En fin, algún día
volveré a leer lápiz en mano anotando y marcando, como antes.
El Sr. Linh produce una compasión casi dolorosa, qué
crudeza, qué crueldad. No sabemos en qué ciudad recaló. De qué guerra venía,
Vietnam, Indochina. Su vida es un saco de tierra y una foto. Cuando evoca su
país todos sus recuerdos tienen colorido, la ciudad que lo acoge es gris. Su
amigo el Sr. Bark le devuelve la ilusión. Son dos solitarios rodeados de gente.
Conmovedora y estremecedora. A todas las presentes nos ha
gustado el libro. ¿Es relato largo o novela corta? Cristina y Ángela creen que
es un relato. Marga cree que ha sido demasiado tierno ¿se está volviendo dura?
¿Cuál es la dimensión del dolor del Sr. Linh? ¿Es un
relato de reproche? ¿Está resentido, amargado? Parece “conforme” con su
destino. Creemos que el comportamiento del Sr. Linh responde a su origen, a su
educación y a su cultura oriental.
Tramallol ha sido un lugar acogedor, agradable, diferente,
y muy interesante conocerlo.
4 comentarios:
gracias Rocío por este acta de febrero en marzo (sin acritud, jeje). Coincido contigo en que es la mejor fideuá que he comido, y el sitio me encantó, único y peculiar como las comensales lectoras. Y no te preocupes más de la muñeca del señor Lihn, que eso le pasa a cualquiera, y en menos que canta un gallo tendrás tiempo de sobra para leer con lapiz y todo mientras esperas que tu muñeco venga del botellón (sin acritud, jeje), así que disfruta de la nocilla.
Por cierto... ¿quién hizo las fotos de este encuentro? ¿Os acordáis que nos la hicimos en el cartel de prohibido bailar? ¿hay alguna desmemoriada más en el grupo?
Rocío. Gracias. ME HA ENCANTADO TU ENTRADA aunque haya sido en marzo. Para mi que no estuve, no me queda más remedio que usar otro "Joder" además del tuyo, no porque no te percataras de que la nieta del señor Lihn no fuera de carne y hueso-pobrecilla-eso-que-evitó sufrir, sino por ese marco incomparable, que diría un cursi, por esa comida que me hace salibar sólo de imaginarla... y por la compañía, ya sea con o sin tena lady, que en eso no entro por aquello de que cada cual haga con sus Tena lo que mejor sepa o pueda.
Ya están colgadas las fotos, que estaban escondidas en ese aparatejo que tanto inspira a Pililebe.
Es una delicia revivir nuestras cenas. Merece la pena el esfuerzo de dejarlas plasmadas, no quiero ni imaginarme las conversaciones sin las actas: ¿cual fue el libro que comentamos el mes pasado? ¿quién fue el invitado? ¿dónde cenamos en nuestro último cumpleaños?
Aun así, y viendo las fotos, ¿qué nos estaban contando esas dos manitas angelicales? ¿O es una de esas historias que surgen al calor del vino y que no se pueden publicar?
Gracias, Rocío.
Pues yo solo quiero decir que esas manitas angelicales seguro que no estaban contando los votos, ya que sólo hubo tres: dos muy bien y un bien
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