sábado, 30 de junio de 2012

Acta de Junio. Me llamo Rojo.

Martes 26 de junio de 2012.
Eran las 21:30 horas cuando, cargadas de bolsas y con el color rojo como elemento común (más o menos intenso, rojo pasión, en liso o estampado y una nueva tonalidad recién inventada llamada rojo-furzia), empezamos a desfilar por la puerta de la maravillosa casa de Pililebe. Lo primero que hicimos fue soltar bolsas y hacer una tourné por el ático, alegre y colorido como su dueña, hasta aterrizar en la terraza… ¡que terraza, madre!... los lagrimones corrían por nuestras mejillas al ver que la Giralda y la Torre del Oro nos daban la bienvenida.
Una vez repuestas de la visita,  y mientras cotorreábamos, nos centramos en colocar la comida en platos y, después de algún que otro destrozo, nos sentamos a la mesa y …¡ohhh sorpresa!… Sobre cada plato un precioso abanico, plateado y conmemorativo de nuestro quinto cumpleaños, pintado  por nuestra “personal designer” Cristina (es que esta chica vale un potosí).  Al lado del abanico, una tarjeta con diversas citas manuscritas también en color plata. Como ejemplo, la mía: “los libros son como los amigos, NO SIEMPRE ES EL MEJOR EL QUE MÁS NOS GUSTA”, por Jacinto Benavente.


Durante algún tiempo no tuve conciencia de lo que realmente ocurría a mi alrededor, me concentré en la comida, comida , comida, comida,  y creo que no fui la única. Más lagrimones, era un anti/régimen total: jamón,  gazpacho de sangría (con muchos “tío” flotando por arte de la maga Cristina), milhojas de berenjena, pechugas de pollo en salsa, banderillas de tomatitos y el delicioso pisto elaborado por Toño, frío y con atún.  Nos encantó.  De postre, helado, y a continuación unos elaboradísimos gin-tonic de la barwoman Marga (que cada vez se lo curra más: lo último enebro y, ya lo ultimísimo, hielos de lima con su cortecita incluida).

Tal vez sea una de las noches que menos hemos hablado del libro. Nos debíamos de haber leído “Me llamo Rojo/Mi nombre es rojo” de Orhan Pamuk. Digo que “nos debíamos de haber leído”, porque la mayoría de nosotras no lo hicimos (Javier, si por casualidad nos lees, no te enfades con nosotras pero es que el libro que nos recomendaste no fue mucho de nuestro agrado). Sí gustó la forma de escribir del autor, pero coincidimos en que a veces resultaba muy denso, con excesivos detalles en algunas descripciones y demasiadas reflexiones filosóficas. Se habló de los tres aspectos de la novela (novela histórica, con historia de amor y una trama de suspense), del choque entre occidente y oriente que se reflejaba continuamente en la novela, de los personajes. Pero de todo ello se habló muy vagamente, pues queríamos nuestros regalos de cumpleaños de Hoy Libro.
Una mano inocente (Antonio, pues no había otra) empezó a repartir paquetes de colores que envolvían libros de los más variopintos y hermosos: desde recomendaciones y libros que son  recuerdos, pasando por el color malva y Chaves Nogales, hasta llegar  a auténticas obras de arte y a la imaginación cosida entre cordones y plasmada en cuartillas de colores y manualidades. Todas nos fuimos encantadas. 

Feliz cumpleaños.

Y a Pilar y Antonio, muchas gracias por su hospitalidad y simpatía.


Mª del Mar.
FOTOS

3 comentarios:

Marga dijo...

Muchas gracias, Mª del Mar: cuando leo el acta vuelvo a disfrutar.
Y gracias también, de nuevo, a Pilar, a Pablo, a Antonio, que nos regalaron con tanto cariño un trocito de la Torre del Oro.

Cristina dijo...

una estupenda acta para un estupendo cumpleaños, gracias María del Mar, espero que celebremos muchiiiiisiiiiiimos más con marcos incomparables o sin marcos incomparables (el listón ha quedado tan alto como la Giralda, y no sé si Toño estará dispuesto a aguantarnos más). Y los regalitos estupendos, y los papelitos con citas literarias, y los abanicos que vinieron al pelo, y la compañía, y las gomillas para el pelo... en fin, no me alargo ¡beeeestiaaaal todo!

pilar dijo...

Bestiaaaaallll, brutaaaaaall, too much babies, too much pal cuerpo. Y Pamuck para quienes lo leímos una novela que, a mi personalmente, me habría gustado comentar con Javier, "nuestro recomendador".
De nada por la parte que me toca y sabéis que la mua tiene la casa a vuestra entera disposición siempre que lo deseéis. Y si la crisis-rescate-asfixia-ahogamiento-casi suicidio impuesto nos obliga a plegar velas restaurantiles, pues aquí hay un garito perenne para sentarnos alrededor de una mesa, una cena y un libro.
Gracias por el acta, Mar