martes, 13 de mayo de 2014

Acta de abril

ACTA DE LA REUNIÓN DEL DÍA 22 DE ABRIL DE 2014

ASISTENTES: Rocío, Marga, Elena, Pilar, Ángela, Cristina, Adela, y yo, María del Mar, como organizadora. Invitada: Carmela



“Tengo una historia preciosa que contar. Sucedió el otro día, al anochecer, en el jardín de casa. De repente empezaron a brotar flores de todas clases. La primera una Margarita, después una Rosa, también una hermosa flor de tallo largo y fino con florecillas en su regazo y olor a dulces árabes, Carmela, otra con Rocío entre sus pétalos, todas de alegres colores y de aromas frescos. Que bonito estaba el jardín… sólo faltaron aquellas flores que nos traen los vientos del Norte y del Sur”.



Así empieza el libro que os toca leer hoy, el de Actas. Aquel día 22 de abril ya nos habíamos leído otro, “El edificio Yacobián” de Alaa Al Aswany.



“El edificio Yacobián” gustó e interesó. Era un libro propenso a un ameno debate, y así fue, sobre diversos temas en torno a la sociedad egipcia, sus costumbres, política, religión, corrupción, sexo… todo aquello que se reflejaba en cada pieza del puzle que resultaba ser el edificio Yacobián. Una majestuosa construcción que en su origen se diseñó para albergar en sus entrañas a la clase social alta y que muchos años después escondería entre sus paredes ese abanico de habitantes (con sus miserias, miedos, esperanzas, frustraciones, engaños) que van apareciendo entre las páginas del libro. Y, como decía Elena al día siguiente, muchas cosas se quedaron en el tintero.



Se habló del curioso microcosmos que resultaba ser la azotea. De la opresión de ricos sobre pobres y de pobres sobre pobres, de Zaki Bey, de Taha y su frustración/impotencia/ fanatismo, del poder y dinero de Hagg Ezzam, del aspirante a poderoso Malak, de la necesidad de supervivencia de Busayna (mujer humillada por los hombres y por su propia madre), del triste y solitario Hatem Rachid, de cada uno de los habitantes del edificio. Todo ello a ratos salpicado con las historias de pequeñas vivencias de algunas de nosotras sobre aspectos desconocidos de una sociedad desconocida para la mayoría.

Como siempre, no sólo se habló del libro, también de niños, de mantones y flecos, de recetas, se contaron anécdotas etc.

Y la invitada, encantadora y guapa. Espero que disfrutara de nuestra compañía como nosotras disfrutamos de la suya.

María del Mar.

7 comentarios:

Cristina dijo...

Me ha encantado, tras el maremagnum de farolillos y rebujitos, recordar la cena de abril, en el marco incomparable de tu casa con tu estupenda acta, María del Mar. Una cena inolvidable por los manjares, la compañía, la presentación y ¡cómo no! el vecindario del Yacobián.

Ya he colocado las fotos, en las que por cierto... sales más alta que nuestra invitada de más altura ¿cómo es eso? ¡misterios del photoshop! No pude evitar hacerle una foto al literario modo de nivelar las mesas... novela negra bajo el mantel.

LA ENCUESTA dijo...

HOLA A TODAS! HE RECIBIDO 4 VOTOS, Y LOS 4 BUENOS. NO HAY DISCREPANCIAS ENTRE LAS VOTANTES. Y AHORA... ¿QUÉ LIBRO PONGO DE LOS DOS QUE HABÉIS ELEGIDO PARA EL MES QUE VIENE? ¡AY! ¡¡¡PLURIEMPLEADA EN LA CUESTA DE MAYO!!!

Carmela dijo...

He quedado impresionda con el acta. Casi tanto como con la cena. La conversación me resultó en todo momento de lo más interesante, ya fuera sobre cómo Busayna encontró por fin un modo de vida digno o sobre cómo María del Mar encontró a su perro después de dos semanas desaparecido... Hacéis bien a la humanidad con este tipo de iniciativas. Ya os lo dije: fue para mi un honor acudir como invitada. Gracias Marga. A ti y a todas.

Respecto a la foto: con los años desarrollé una habilidad especial para meter la cadera y parecer más bajita en las fotos. Ya sabéis, cuestión de supervivencia si quería que los demás posaran conmigo en las fotos. Aquí en Occidente también hay aún muchas barreras que eliminar...

m del mar dijo...

Carmela, esperamos verte otro día con nosotros nos encantó tu compañía.

Cristina, lo de la altura fue cuestión de subirme a un taburete ¿ha estado bien, verdad?. En cuanto al libro de la pata de la mesa, estaba extrañada porque creía que nadie se había dado cuenta. Me ha encantado la foto!

Pilar dijo...

Yo no me di cuenta de lo del libro, ni que Carmela metiera caderas, ni que María del Mar se subiera a un taburete ni... ¿Sería que estaba abrumada por la hospitalidad de la anfitriona, aderezada con vestidos de flamenca, flecos de mantoncillos a medio acabar, cena estupenda, perros abrumados con tanto sexo femenino por Dios de dónde han salido tantas mujeres al mismo tiempo con lo tranquilos que estábamos hace dos minutos?

Gracias por el acta, por la cena, por la compañía, por todo.

Marga dijo...

¿Todo lo haces bien, guapa? Propones el libro del mes...y gusta. Eres la encargada de organizar la cena...y nos agasajas en tu casa dejándonos a todas muertas de envidia por tus habilidades como anfitriona. Escribes el acta...y refrescas agradablemente la memoria de esas florecillas que brotaron en tu jardín.
Muchas gracias, María del Mar. Tú sí que vales.

m del mar dijo...

Muchas gracias, que bonito, estoy emocionada ...