O cómo explicarle la sensación del rojo a alguien que nunca lo ha visto...
Si pudiera sentirlo sería como la magnífica acogida de Pili-familia.
Si lo saboreara se mezclarían aromas de tinto con sandía, y el frescor de un pisto y unos tomates con el pique de unas pechuguitas rellenas.
Si pudiera bebérmelo lo haría siempre con una especialista en yintonis.
Si se oyera sonaria a risas compartidas en una noche de verano.
Y si pudiera tocarlo, ¡ay, si pudiera!, lo acariciaría con el mismo mimo que una amiga ilustra un libro.
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1 comentario:
he añadido las fotos de Ángela en este album ¡son estupendas!
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