...en honor del flamante premio Príncipe de Asturias, Leonard Cohen.
No sé si escuchasteis su discurso de ayer, en el que agradecía que España "le dio la voz" -cuando leyó los poemas de Lorca-, "y el instrumento para expresarla" gracias a un muchacho español, que conoció en un parque de Montreal, con el que aprendió sus primeros seis acordes a la guitarra. El chico un día faltó a la clase, y Leonard llamó a su pensión para interesarse por él. La dueña le contó que acababa de suicidarse. No sabía ni su nombre ni nada sobre su vida, pero esos seis acordes que le dejó en herencia fueron la base de todas sus canciones.
Me ha gustado que Leonard, en tan importante acto, le dedique el premio a ese pobre muchacho anónimo, por haberle enseñado esos seis acordes de los que salieron todos los demás. No hay mucha gente que reconozca la importancia de las pequeñas cosas que al final resultan ser tan grandes. Y menos que lo agradezcan.
Me hizo pensar ese discurso. Pensé en esos pequeños accidentes que ocurren en nuestras vidas y condicionan el resto de tu existencia. Y pensé que hay personas que pasan de refilón a tu lado, quizás sólo durante unos minutos, pero que cambian el rumbo que tenías marcado. Y nunca se lo agradecemos lo suficiente.
Quizás yo sea ahora quien soy por aquella profesora que me enseñó a leer en los dibujitos de mi cuaderno Rubio que "mi mamá me ama", y a partir de entonces esté intentando descifrar en la magia de las frases más declaraciones de amor. O por ese compañero que compartió conmigo sus lápices de colores "alpinos", ayudándome a dibujar un arco iris inmenso, tan inmenso que todavía estoy terminando sus multicolores arcos. O por esa otra que... ¡en fin!, cada uno tendrá los suyos.
Puede que el paso del tiempo nos haga olvidar que fueron ellos, y no nosotros, los que nos impulsaron en la dirección que hoy seguimos. Puede que tengamos que rebuscar en el fondo de nuestra memoria para encontrarlos. Puede que nunca recordemos su nombre. Pero tendremos que darle las gracias, ¿no?
De momento, gracias, Leonard...
Os lo pongo para que lo escuchéis, que lo explica mejor que yo.
12 comentarios:
Para mí L. Cohen significa mucho y me he emocionado con su discurso. Tantas cosas que deberíamos agradecer y se nos pasan.... pequeños detalles, casi imperceptibles, pero a la larga tan importantes.... Gracias por colgar su discurso.
Buen fin de semana a todas
Gracias a quièn me diò a conocer a este hombre.Gracias a quien ha colgado tan emocionantes palabras que me vuelven a apretar la garganta.Gracias por dejarme entrar en este espacio.Gracias por existir L.Cohen.
Gracias al que me enseñó a hacer mía -también- la voz de Lorca, cuando siendo muy niña me llevaba de la mano por los rincones de Granada recitándome sus poemas. Gracias a estos dos granaínos aprendí palabras tan hermosas como arrayán, suspiro y lucero. La voz de los poetas es la voz de todos. Y la voz de Federico siempre será la de mi padre.
¡Ayyy, Cristina, que me has hecho de llorar! De lo MÁS BONITO que he leido en mucho tiempo. Mil gracias.
Qué mayor dignidad y belleza, como dices, que poder expresar una derrota precisamente valiéndose de tu canción.
Te cuento, hace muchos años ya, se casaba una joven – la mísma que te escribe y llora pero...muuuuchos años después, ¡claro!- en el sur más sur de esta España que agradeces, y en lugar del típico vals vienes...¿con qué crees que se inauguró el baile? Pués contra todo pronóstico y más de una crítica (¡!) con tu casi recién estrenado “waltz”, estando como estaba enamorada de él, del vals (y del novio, como no), y quizás adivinando –sin saberlo entonces- el “misterio” de sus acordes y de su letra.
Precioso baile y precioso día, que aunque lejos ya de éste en que el padre de la novia vuelve a tener disponible la mano de su hija (¡la vida!), ésta te agradecerá por siempre.
(“Take this waltz” adaptación del poema “Pequeño vals vienes” de García Lorca, a quién tanto admira como ya sabeis, y por quien lleva su nombre su hija -Lorca-).
¡Oh my god! Si lo llego a saber antes te incluyo en mi spanish anecdotario.
Gracias, siempre gracias.
A “la poesía” y a “la música”.
el mundo es un pañuelito... lleno de mocos. ¡Anda que no ha liao ná el Leonard!
P.D. Gracias a las que hacéis que vuestras palabras alboroten mi conticinio
Hay personas que, muy lejos de pasar de refilón a nuestro lado, nos colorean los días con su generosidad. Gracias, Cris, por compartir y provocar confidencias y anécdotas que sin ti nunca saldrían a la luz.
¡Uy, me han cambiado de acera!
a veces hay que mover los muebles de sitio. Y en este, debajo de la comilona de comentarios, me gustas más, última palabra.
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