martes, 6 de noviembre de 2012

SALUD SIEMPRE


Con tu callada luz con tu alta rama

con tus uvas oscuras vienes vienes

pisando las cerezas de la sangre

Vienes vienes huyendo como androide

de una alcoba de besos de betún

¡Oh Muerte manilarga maternal!

Bebe coñac conmigo y emborráchame

cuando el silencio tiene sed de leche

y apoya su cabeza en las estrellas

¡Sí yo seré un payaso de ceniza!

Muerde los peces de mis pies y manos

Muerte olfatea mi ser de regaliz

Ven tú con tu pupila personal

de nómada nonato en movimiento

Estás en el aquí nunca te alejas

¡tienes perros amigos y violines!

¡mendigos que te adoran como monjes!

¡mariposas azules! ¡mariposas azules!

Dios se ríe se ríe con tus cuencas.
                                                  


Poema de Carlos Edmundo de Ory, el poeta que en el Madrid de los años 40, junto con Chicharro hijo y Silvano Sernesi, andaban detrás de Miguel y sus amigos para que se adhirieran al movimiento que pretendían crear, el postismo. Miguel, el hombre al que tanto amaste, Salud, que se llevó parte de tu vida cuando se le fue la suya.

Seguirás aquí, Salud, porque los que te queremos te tendremos siempre, recordando tu risa, tu melancolía, tu bondad, tu inteligencia, tus miedos, tus silencios, tus salidas geniales, como lección de vida.

Salud, espero que Miguel esté al otro lado, agarrándote de la mano para que  cese el miedo y retorne la seguridad y la sonrisa. Juntos. Pintando historias. Siempre.


4 comentarios:

Maria-Norte dijo...

Me es imposible estar al lado de Cristina en estos durisimos momentos pero veo con alegria que entre todas conseguireis que se sienta muy querida

Marga dijo...

¡Qué difícil encontrar palabras! Gracias por compartir las tuyas, Pilar.

Cristina dijo...

Gracias, Pilar, por ese poema que tan bien define la manilarga muerte maternal, y sobre todo por tus palabras. Gracias a todas por vuestro cariño, que alivia un poco este vacío que tengo en el pecho. Nunca se está preparada para esto, sientes que tus raíces se desmoronan y que el camino que tienes delante es largo y escarpado. Habrá que aferrarse a la vida, y vosotras también sois mi vida. Gracias

Cristina dijo...

y en Carlos Edmundo he encontrado este verso que define el invierno en el que vivo:

Invierno

Sólo se oye la lluvia
Cómo besa
Con sus bocas sedientas
Los ojos de la tierra

¡Sólo se oye la lluvia
Como una extraña queja!

Silencio tú te mojas