él pinta y pinta y mientras pinta…
somos juguetes de la risa, sabandijas de palacio, medio metro de bufidos que a los monarcas encantan. A la derecha del lienzo me encontrarás si no estás harta
Mientras él pinta, los bufones entretienen a sus señores. Se les llamaba de muchas formas: Mayordomos de la risa, Juguetes de burla, sabandijas de palacio...
Se llama bufón al truhán o gracioso que con sus palabras, acciones y chocarrerías tenía por oficio hacer reír a los poderosos. Su nombre viene porque, entre las gracias que hacían durante sus actuaciones, añadían un ruido como de bufido. Solía tener unas características físicas anormales, fuera de lo habitual: jorobados, enanos..., y se reír de ellos más por sus defectos que por sus chistes y devaneos. Calderón de la Barca, en "El médico de su honra" los define así:
Su profesión era el humor, el ingenio
Soy cofrade del contento (…)
Mayordomo de la risa,
Gentilhombre del placer
Y camarero del gusto,
Pues me visto con él
En la Corte de Felipe IV ningún bufón gozó de tanta dignidad ni de porte tan aristocrático como Nicolasito Pertusato, enano italiano. Llegó a ser ayuda de cámara en Palacio. Procedía de una familia noble del Milanesado. Ingresó en palacio en 1650, teniendo en la reina Mariana de Austria a su principal valedora. Su expediente como enano finaliza en 1660. A partir de 1664 se puede observar cómo los escribientes dudan en llamarle Nicolasito o Don Nicolás, y por esa fecha el Rey le agrega otra merced a las dos que ya tenía, merced de enfermería y nueva ración como criado de la Cámara. En 1675 Carlos II le asciende a Ayuda de Cámara como merced particular. Murió aproximadamente 65 años sin herederos forzosos. Es el protagonista de la novela de Eliacer Cansino, El Misterio Velázquez, ganadora del premio Lazarillo en 1997.
También destacaba Mari Bárbola (María Bárbara Asquín), que acompañó a la infanta Margarita desde su nacimiento. Era una enana hidrocéfala de origen alemán. que a la muerte de su señora, la condesa de Villerbal y Walther, pasó a formar parte del servicio de palacio el año del nacimiento de la Infanta Margarita, con paga, raciones y cuatro libras de nieve durante el verano.
Tantas pinceladas he dado
en esta quincena de oro
y, sin pizca de decoro,
bufonadas he lanzado,
que, sin haberlo pensado
Maribárbola he sido
y me puse su vestido
con las mejillas hinchando
¡ay, qué pena y qué llorera,
qué me gusta hacer el tonto
siendo ya casi santera!
Mas vergüenza yo no tuviera
si siendo aun una buena moza,
contigo no me divirtiera.
El pinta y pinta y mientras pinta...
Reuniendo gente dispersa,
(¡mira, allí está Pertusato!)
se mete en su propio cuadro.
Si quieres adivinarlo,
no necesitas ni un rato.
Aquí han terminado las pistas.
El cuadro ya está pintado.
Vosotras, que sois tan listas,
deberéis esclarecer
qué y quién nos ha inspirado
en este intento de hacer,
con todo nuestro cariño,
los días de María más DORADOS.
Yo pinto y pinto y mientras pinto…
La vieja fríe huevos, y yo echo mano de un TOMATE, recién llegado de las américas, tan desconocido como discutido... ¿es tóxico o alimento?, tal vez solo medicina para hospitales de sangre... por si acaso yo no lo pondré para el almuerzo, aunque mi paisano Murillo se atreva a que lo “cocinen” los ángeles.
Dicen por la Corte que ha llegado a Madrid un amigo de GALILEO, ¡otro satélite más del REY PLANETA-REY DE LAS ARTES-FELIPE IV!. Se trata del militar Octavio Piccolomini, hermano del arzobispo de Siena. Al parecer le ha encargado a Murillo que pinte a Galileo en su celda de la Inquisición, y, pasarán muchísimos años, antes de que al restaurar el cuadro, cuando le quiten el marco, los sabios descubran que el lienzo era más grande de lo que pensaban, porque estaba doblado en el bastidor escondiendo en uno de los extremos la famosa frase Eppur si mueve.
Yo pinto y pinto y mientras pinto…
¡El gran TEATRO del mundo continua! La vida en la corte es un frenesí... y un sueño, sobre todo para un pintor de cámara como yo y para el dramaturgo oficial, CALDERÓN DE LA BARCA. Ambos reflejamos en nuestras obras los mismos asuntos, porque la verdadera unidad de este barroco en el que vivimos, sabedlo, está en la atención que le dedicamos a la melancólica fragilidad de la vida.
También Rubens ha estado en Madrid este año 1628, para realizar gestiones diplomáticas, y haciéndome la competencia, ha cometido la osadía de pintar unos diez retratos de la familia real, la mayoría perdidos cuando leáis esto, aunque sí podréis ver el que le hizo al Rey, y apreciar las diferencias de nuestros estilos, yo lo represento como la esencia del poder, majestuoso, y Rubens de forma alegórica. Cuando en 1640 muera Rubens, dejará en su casa su "Danza de aldeanos", que sus herederos venderán directamente a su majestad Felipe IV, por la cantidad de 800 florines, bello cuadro en el que el maestro recrea sin igual esos BAILES DE CASCABEL, que entretienen los bailes de la gente del pueblo.
¿Habrá tomado nota de todo esto el secretario del rey, FRANCISCO DE QUEVEDO Y VILLEGAS?, es uno de los escritores más importantes de este Siglo de Oro, y no sé si estará para estas menudencias. Yo lo he pintado, al igual que a otros miembros de la corte. El mío será sin duda (aunque peque de inmodestia) el retrato más famoso del SATÍRICO POETA, porque supe captar toda su personalidad y su ironía: esos ojos con las antiparras -llamadas en su honor "quevedos"-, ese divertido gesto a pesar del austerio y serio ropaje negro y esa cruz de la orden de Santiago que me trajo para posar.
Yo pinto y pinto y mientras pinto…
Suena la MÚSICA, y yo pinto. Pinto la música mundana y la cortesana. La primera en “Los tres músicos” con uno de ellos tocando una VIHUELA y cantando, en alegre francachuela alrededor de una mesa con pan, vino y queso. Y la música cortesana la toca la dama de la viola de gamba de “Las hilanderas”. Los tres músicos alternaban aquel día canarios con polvicos, y gambetas con unos pollos viejos, y casi, casi como si estuvieran representando un papel en una obra de TEATRO los pinto, igual que a muchos otros, para que os hablen del derecho y del revés, como el haz y el envés del mundo, igual que hace el Fénix de los Ingenios, nuestro gran LOPE DE VEGA en sus obras ¿o no? ¿Acaso no descubrís en las mías también a "discretas enamoradas", o a una "niña de plata", o tal vez a un "caballero" o a una "boba dama"?
Sí, damas bobas, que haberlas haylas, como las BRUJAS a las que persigue la Inquisición. ¿Qué mi padre y mi abuelo pertenecen al Santo Oficio? No sé, no sé… yo sigo pintando, que otra vez está aquí doña Margarita y esta vez viene acompañada… ¡Ay, Dios, no sé si me llegará la pintura para tanto GUARDAINFANTE! Yo no contaba con esto hoy, ¡que desavenencia!. ¡Que vida ésta! No es más que es una fuente de desconciertos ¿No creéis? ¿O será esta mentalidad barroca que tenemos que nos conduce a la melancolia y que sin remedio reflejo en mis cuadros? Bueno, otros hacen igual, si no, ya me diréis que no es casualidad que nuestro Príncipe de los Ingenios, el amigo CERVANTES llame a Don Quijote "el Caballero de la Triste Figura" ¿nooo?
Y hablando de caballeros me paso al caballo, que acabo de enviarle unos bocetos de mi querido rey al ESCULTOR PIETRO TACCA, para que pueda completar la estatua ecuestre del monarca y que pergeña con la ayuda científica de Galileo.
Yo pinto y pinto y mientras pinto…
No acabo de creerme el último chisme que me llega de los
MENTIDEROS. Sí, ya sé como es nuestro rey, pero lo de la monja, lo de la monja es… no sé si creérmelo, ya sabéis que muchas veces son solo ganas de chismes y jaleo. Sin embargo me ha pedido que le pinte un Cristo, y me ha dicho el Conde Duque que irá destinado a la Iglesia del mismo convento de la Monja Sor Margarita... ¿o era Sor Margarita la Monge? debo enterarme mejor, ¡se me va el santo al cielo tan a menudo!
Bueno, para jaleo el que me están armando estos dos... ¡Menudos
BUFONES!
-¡
Nicolasito, Nicolasito, Maribárbola, dejad tranquila a su excelencia e id a buscarlas!
-¿A buscar a quién Don Diego?
-A quién va a ser, por dios y por el rey, ¡A LAS MENINAS!
¡LAS MENINAS!
¡LAS MENINAS!
Yo pinto, pero mientras empiezo a pintar, le escribiré a Juana, que hace tiempo que no lo hago y luego se disgusta mi suegro, el maestro Pacheco.
Querida Juana, hoy me ha ocurrido un hecho singular.
Yo pintaba, y mientras pintaba tan tranquilo, entró la inquieta infanta Margarita en mi taller, bellísima como siempre con su su guardainfante y su basquiña gris y crema. Tras ella, toda su corte de acompañantes, alborotando una jornada que prometía ser fructífera.
Margarita tenía sed, ya sabes de sus caprichos, y la menina Doña María Agustina Sarmiento de Sotomayor se apresuró a entregarle mi jarrita de agua, arrodillándose a mi lado para ponerse a su altura.
Pero de pronto, y sin avisar, entraron los reyes, don Felipe y doña Mariana. Todos quedamos paralizados, sin saber muy bien cómo reaccionar. A mi me pilló paleta en mano. Mi pariente, José Nieto Velázquez que había venido a visitarme, ya salía por la puerta trasera y tuvo que frenar su marcha.
La dama de honor de la infanta, Doña Isabel de Velasco, fue la primera que los vió, y comenzó a hacerle una reverencia, percatándose la infanta, que giró levemente la cabeza, dejando de mirar a su bufón preferido, Nicolasito Pertusato, que jugaba con el perro.
Mari Bárbola giró la cabeza, sin saber muy bien cómo reaccionar, y la camarera Mayor, Doña Marcela de Ulloa ni se enteró, ya que estaba en animada charla con el guardadamas, don Diego Ruiz Azcona.
Ya ves, Juana, que la vida en la corte del rey Planeta está plagada de sorpresas. Y nunca, PERO NUNCA, los cuadros acaban siendo lo que uno piensa.
Mientras yo pinto, el cuadro va cambiando ante mis ojos. Como te iba diciendo, Juana, los cuadros NUNCA acaban siendo como uno piensa... un cuadro es como un juego de magia, está formado por miles de partículas de color que cambian al secarse, que emiten matices muy diferentes según la luz que reciban y los ojos que lo miren. La pincelada que un día te parece exacta, al día siguiente ves que estorba, esa cabeza que miraba hacia un lado la vuelves a ver y piensas que debería tener otra inclinación. Los pintores, cuando vemos un cuadro de otro pintor, aunque nos guste mucho, siempre pensamos ¿cómo lo pintaría yo?
Estoy seguro que mis obras serán interpretadas por otros pintores de forma muy diferente a como yo las he visto.
¿Cuántas versiones diferentes se harán de mis Meninas sin que yo las vea? Me gustaría conocerlas, Juana, tenerlas ante mis ojos aunque fuera un ratito...
Ay, don Diego, que ironía
que hasta yo, que soy bufón
híceme la versión mía
con un trozo de cartón
y riéndome un montón...
¡perdóneme la osadía!
Y como díjole a Juana
que quería verlas todas
voy a expiar mis pecados,
y voy a dejar colgadas
las que yan han pregonado
aquestas bellas doncellas
tan aplicadas todas ellas.
Ya han aparecido algunas
¿Y las otras ?
Las otras tendrán que ir adivinando
1.- PABLO PICASSO:
Este, maestro, es un malagueño universal y las pintó ¡Como no, a lo Guernica! Bueno, ustéd no sabrá de qué le hablo. Grises fríos y azulados... ¿quizás imaginando que el ambiente en la Corte debió ser algo más dramático de lo que usted nos enseñó?
Aunque como usted no sabrá, este tal Pablo era tan inquieto, y tan fértil, que a los 76 años le hizo a su cuadro nada menos que ¡58 interpretaciones! algunas más coloridas que otras, claro.
2.- SALVADOR DALÍ:
¿Será posible? ¡Pues no nos ha sustituido por números este otro compatriota nuestro! ¡no sabrá él que somos de letras!
Bueno, bueno, ¿y en éste con Gala?... La pintó reflejada en el espejo, como usted reflejó a los Reyes
Pero hay muchas más...
¿de éstas otras que he encontrado
sabrán las bellas doncellas quién las ha pintado?
3.- MINGOTE (DE ORO)
Mire, mire éste, vea cómo el perro muerde a Nicolasillo, je, je, je, y cómo todos miran sorprendidos a la infanta que se le hincha la falda... ¡y sale volando! Ja, ja, ja.
Ésto, ésto, no puede ser obra sino de otro maestro de la broma, como yo, ¿no cree?
Es que... ¡Es que hay días en los que a uno no se le ocurre nada!.
4.- J. SARGENT
¿Y éstas niñas con sus babys de colegio o de estar por casa? Se respira un ambiente tranquilo, familiar, íntimo como ese instante casual de su taller del Alcázar ¿verdad? Igual que entonces, parece que este retrato captara a las niñas de manera informal en un momento intrascendente, en absoluto de pose ¿no cree?
5.- HAMILTON (PERO NO EL DE LOS COCHES)
¿Picasso otra vez? ¿Autoretratado?
¡Ah, no, no! Mas bién parece un homenaje al malagueño aprovechando el suyo. Como un repaso a su vida artística: un Nicolasillo arlequín, el cubismo en la cabeza de Margarita, el perro guernikiano, o la menina que recuerda a la niña que guía al Minotauro o yo mísma postsegunda guerra mundial. Curioso, si señor, muy curioso.
¿Se ha fijado? Sobre el pecho de Picasso ha colocado una hoz y un martillo en vez de la cruz de Caballero de Santiago. ¡Hasta dónde han llegado, Don Diego, hasta dónde! ¡Hasta donde quiera su autor, Hamilton, que de un plumazo homenajea a sus dos ídolos, usted, don Diego y nuestro Pablo Picasso.
6.- EQUIPO CRÓNICA
¿Y éstas dos tan pop? ¿Se ha fijado en el patito amarillo? A eso le llamamos flotador, y sirve para no ahogarse en el mar. Y la decoración es algo más actual, aunque no estoy yo muy segura que fuera del agrado del Rey Planeta. Se llama "En la salita" y ese objeto tan raro por el que me pregunta se llama televisor, y dentro hay personas que chillan mucho.
¿Y esta nueva versión del mismo?
Muchos señores con corbata veo yo... ¿cortesanos del siglo XX?
7.- VALDÉS (PERO NO EL DEL CAFÉ)
Mire, maestro, como decoran ahora las calles de nuestras ciudades, ¡meninas a las que se les puede tocar! Las hace Manolo Valdés, un antiguo (aunque no tanto como usted, don Diego) componente del grupo que pintó los anteriores, y que parece obsesionado con la silueta de las mujeres de nuestro tiempo.
8.- ¿YA VENDEN MENINAS EN EL CORTINGLÉ?
¿Y éstas tan modernas? ¿Dónde las he visto yo que me suenan tanto? Ah! señor Diego, estás la han usado para la campaña de primavera de unos grandes almacenes, fíjese usted, maestro, tantos años después y la moda lo imita... ¡aunque a usted lo han puesto muy rubito!
9.- SOROLLA
Uyyyyy, esta está a medio hacer, fíjese, ¡ha dejado el fondo sin pintar!
10.- UNA JOYA DE GOYA
Esto debe ser un grabado, tantas rayitas negras... ¿quién tendría tanta paciencia? ah, pues dice La Academia que fue Goya... me lo imaginaba, porque era un maestro del grabado como pocos... ayyy, maestro, si usted viera ese que se llama "el corazón tiene razones que la razón no entiende"... ¡le encantaría!