
(Del lat. appropinquāre).
1. prnl. fest. acercarse.
Verbo regular reflexivo, utiliza las reglas de la 1ª conjugación
(conjug. c. averiguar)
(Del lat. appropinquāre).
1. prnl. fest. acercarse.
Verbo regular reflexivo, utiliza las reglas de la 1ª conjugación
(conjug. c. averiguar)
(Del lat. haesitatĭo, -ōnis).
1. f. duda.
¡SIN DUDA LA GANADORA ES LA MARGARITA!
(ésta ha tenido menos "exitasión" que el bargueño)
CONTICINIO:
Hora de la noche donde todo está en silencio. Los pájaros duermen en sus ramas, los niños en sus camitas, no hay coches ni se escucha nada. Sólo disfrutan (disfrutamos) del conticinio los que viven en sitios aislados, porque en el centro de las ciudades siempre hay coches, camiones de la basura o algún borrachín que se carga el conticinio.
Por eso, disfruta esta palabra quien la elige para crear, para leer, para amar... después de un bullicioso día.
Y la sufre a quien le cae encima, obligatoriamente, y no tiene más remedio que vivirla para velar a algún enfermo, viendo cómo su vida se va apagando poco a poco, o simplemente porque tiene insomnio, los segundos parecen horas, y parece que no va a llegar nunca la madrugada con el despertar de la vida.
¿A que es bonita? Pues se la regalo a Marga, que está sufriéndola, espero que a partir de ahora piense en ella, y en mí, y que sepa que como yo la disfruto puede llamarme a cualquier hora para que le destroce su conticinio. Y, si puedo, se la regalaría también a Julia Carlota, que ya quisiera la pobre un poco de conticinio en su hogar.
Y para las dos, os cambio la canción que había antes por esta venezolana que se llama así, Conticinio:
No existe un rumor
es grato soñar
Teniendo amor
Sabiéndolo amar
La dulce ilusión
Que diste a mi ser
Trocó mi dolor
En arrullos del querer (bis)
Este canto nacido mi bien
Al calor de tu amor
Es mi dicha, mi gloria, mi edén
Que disipan en mi alma
este acerbo dolor (bis)
La ilusión que tú diste a mi vida
Va decirte mi amante canción
A ti, prenda querida
con gotas de pasión
Mi alma ardiente y doliente suspira
Embriagada de inmensa emoción
A ti niña querida
yo te ofrezco mi canción
Llegó el conticinio
Todo es silencio, todo es amor
Acércate y no temas mi cariño
Que es todo tuyo mi corazón
Sublime conticinio,
Todo está en calma,
no hay un rumor,
Acércate a la reja bien de mi vida
Que es todo tuyo mi corazón
No existe un rumor
Es grato soñar
Teniendo un amor
Sabiéndolo amar
La dulce ilusión
Que diste a mi ser
Trocó mi dolor
En arrullos del querer
...
Quercus pyrenaica, Melojo (se trata de un término peyorativo que viene del latín malum folium: hoja mala), también conocido comúnmente como rebollo, marojo, roble negro, tozo, en Galicia cerquito.
Es un pequeño roble que se extiende por casi toda la Península Ibérica excepto la franja norte, donde falta o escasea, y que se encuentra protegido por la ley en Andalucía.
No llega a alcanzar los 25 metros y es poco longevo. A menudo forma matas o arbustos (rebollos), también cuando esto es provocado por el hombre, que lo poda periódicamente para obtener leña, uno de sus principales usos. Al tener una madera de peor calidad que otros robles, por sus troncos menos gruesos y más irregulares, se ha usado sobre todo para traviesas de ferrocarril, vigas de edificaciones rurales o postes de teléfono, así como carpinterías de puertas y ventanas. Pero por su facilidad de retoñar de raíz es muy adecuado para su explotación en monte bajo, suministrando leña y carbón de excelente calidad.
Como en otros Quercus, la corteza posee gran cantidad de taninos, por lo que se emplea en el curtido de pieles. Las bellotas les sirven al ganado para alimentarse en otoño e invierno, y en primavera ramonean los brotes tiernos, tanto en el árbol como de los brotes de raíz, lo que ayuda a desbrozar el terreno y mantenerlo adehesado con excelentes pastizales.
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MARÍA SUR:
EL MÉDICO DE IFNI, Javier Reverte. Ed. Plaza y Janés. Un hombre yace muerto en medio de la Casa de Campo de Madrid junto a una prostituta. Dos mujeres huyen. Una de ellas, Clara, recuerda que no hace mucho alguien le habló de la relación entre su padre, que acaba de morir, y un tal Ramos, un espía envuelto en asuntos siempre turbios. Clara reconstruye la historia de su padre, Gerardo Canabal, conocido como el méidico de Ifni, médico militar que llegó al África colonial en los años 60 y que terminó unido al Frente Polisario hasta su reciente muerte.
SABOR A CHOCOLATE, José Carlos Carmona. Punto de Lectura. Hace más de 70 años, Adrian Troadec vio a una chica salir de una clase de música. Dos guerras mundiales después, aún funciona la fábrica de chocolate que abrió para conquistarla. Novela corta de José Carlos Carmona, ganadora del XIII Premio Literario de la Universidad de Sevilla.
Un libro verdaderamente ágil, intenso y muy emocionante, y que cogido con un poco de ganas puede ser terminado en una sentada. En unas pocas páginas ocurren muchísimas cosas y nos transmite grandes sensaciones mientras nos habla de la lucha por la supervivencia, del amor y de conseguir la felicidad. Al final no deja de ser un cuento enmarcado en una serie de acontecimientos históricos que suceden paralelamente a la acción y que nos acompañarán en todos los capítulos. Un hermoso viaje que no deberíamos perdernos.
Juan Olmedo y Sara Gómez son dos extraños que se instalan a principios de agosto en una urbanización de la costa gaditana, dispuestos a reiniciar sus vidas. Pronto sabemos que ambos arrastran un pasado bien diferente en Madrid. Sin buscarlo, abocados a convivir como los únicos supervivientes de un naufragio, intercambiarán confidencias y camaraderías gracias a la inesperada complicidad que propicia compartir una asistenta, Maribel, y el cuidado de los niños.
MARÍA NORTE: Propone, en primer lugar un libro ligerito pero que tiene muchas similitudes con nosotras, grandes aficionadas a la calceta y a reunirnos para comentar los puntos de to el que se mueva.
Georgia Walker es una mujer feliz, dueña de una bonita tienda de lanas en Nueva York, donde da también clases de punto. En torno a esta afición, ha creado un curioso club que se reúne cada viernes y en el que sus integrantes han desarrollado una fuerte amistad. Un día, su feliz existencia se verá sacudida por la aparición de alguien de su pasado a quien creía desparecido: el padre de su hija adolescente.
UN HOMBRE EN LA OSCURIDAD, Paul Auster. Anagrama
PEPA:
Esa jovencita bellísima, pero pobre, que vive en Indochina, no es otra que la propia escritora quien, hoy, recuerda las relaciones apasionadas, de intensos amor y odio, que desgarraron a su familia y, de pronto, grabaron prematuramente en su rostro los implacables surcos de la madurez. Pocas personas -y en particular mujeres- permanecerán inmunes a la contagiosa pasión que emana de este libro.
MARCAS DE NACIMIENTO, Nancy Huston. Ed. Salamandra
Marcas de nacimiento arranca en la California de 2004, con el pequeño y mimado Sol, que cree ser hijo de Dios y de Google. El viaje continúa desde el Nueva York de 1982, Hafa, el Toronto de los años sesenta y, finalmente, Munich en 1944. Los cuatro protagonistas contarán su parte de la historia y como esa marca de nacimiento que tienen, una señal que une a las distintas generaciones, les ha influido.
ELENA:
Quizás, antes que de una novela, se trate de una inolvidable galería de personajes: la entrañable y desgarrada pareja formada por el adolescente David y su perro Chispa; el enamorado inspector Galván; Rosa Bartra, la hermosa pelirroja embarazada; el padre libertario y fugitivo en sus esporádicas apariciones; un arrogante piloto de la RAF, cuya existencia se reduce a ser una fotografía confidente del fantasioso David...
El Pijoaparte viene de una familia humilde, pero aspira a más. La manera más fácil de conseguirlo es ligarse a alguna niña rica y ascender a base de cintura. Parece lograrlo con una chica que conoce en una fiesta, pero resulta no ser lo que esperaba… aunque ese encuentro le dará la oportunidad de conocer a Teresa y mezclarse en un mundo desconocido para él.
UNA LECTORA NADA COMÚN, de Alan Bennet, ed. Anagrama
GABRIELA CLAVO Y CANELA, Jorge Amado. Alianza editorial
Ser atractiva y enamoradiza, pero al mismo tiempo ingenua, predispone a cualquier mujer a serios problemas, sobre todo en un cálido marco tropical. En 1925, el progreso ya se instala, triunfante, en Ilhéus, pequeña ciudad fluvial en el noreste de Brasil. Llega el ferrocarril, bancos y prostíbulos florecen, ostentosos palacetes señalan el triunfo de quienes manejan la riqueza local: las plantaciones de cacao. En medio de una abigarrada población -mulatos, árabes, rusos y diversos portugueses de inevitable alcurnia- destaca la bella Gabriela. Su fogosa sensualidad y sus incomparables dotes culinarias hacen de la joven mulata una atracción irresistible. El exitoso comerciante Nacib, nacido en Siria, la emplea como cocinera y la convierte en su amante. Los problemas surgen cuando Nacib decide casarse con Gabriela, y encerrar esa fuerza de la naturaleza en una jaula de oro. El desenlace de su conflicto tendrá en vilo a toda esta ciudad donde, hasta ahora y pese al progreso, la infidelidad de una esposa se castiga con la muerte a manos de su marido. En medio de esta transformación, la comarca va cambiando también, cambios en el gobierno, atentados políticos e intrigas marcan la evolución de la ciudad. En este mundo Gabriela decide casarse con su patrón y convertirse en una dama respetable de la burguesía de Bahia. No lo consigue, y su marido se queda sin mujer y sin cocinera. Gabriela es a la vez que un reflejo una metáfora del Brasil pluriétnico, multicultural, mestizo, mulato, cambiante, salvaje y exuberante.
Lee Anderson, un estadounidense de raza negra pero apariencia de blanco, decide vengar la muerte de uno de sus hermanos y la paliza recibida por otro, ambas ejecutadas por racistas blancos. El sobrecogedor plan de violencia física y sexual que trama y lleva a cabo con la minuciosidad de un obseso, ha sentado siempre como una fulminante patada en el estómago a quienes aceptan como “natural” que todo el mundo tiene algo de racista. Quizá ése sea el mayor mérito literario de “Escupiré sobre vuestra tumba”, el de haber agitado sin contemplaciones -y sólo con palabras- una gran cantidad de conciencias. Frente a ello, el haber importado definitivamente la novela negra de EE.UU. a Europa y haberse burlado a más y mejor de los críticos es una cuestión menor para el público en general, que no para especialistas.
Significativamente, la historia de esta novela es casi otra novela. Publicada en 1946 bajo pseudónimo, logró hacer creer en que el autor era un negro estadounidense, pese a que en su prólogo se deslizaban reveladoras pistas contra tal supuesto. Al cabo de un año se convirtió en un best-seller y al siguiente fue adaptada al teatro. En 1948, la “buena sociedad” francesa reaccionó como si hubiera recibido un escupitajo en lo más sagrado de sus cimientos: calificó esta novela de ultraje a la moral y a las buenas costumbres, junto con otra que Boris Vian también había publicado bajo el pseudónimo de Vernon Sullivan.
2. Las chicas con coche, decíos que tenéis un magnifico aparcamiento subterráneo en el mercado de Triana, situado debajo del puente accediendo por calle Betis.